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Tres teorías sobre la situación del Sporting

A las diez y cinco de la noche de hoy faltarán cuarenta y ocho horas para que comience el partido de Balaídos, que, por razones desconocidas, el consejo del Celta o algún mando intermedio desavisado han querido enturbiar con la negativa a facilitar localidades a los seguidores rojiblancos. Como diría el clásico, acabáramos: el problema son los ultras del Sporting, según se lee en una crónica de un gran periodista vigués, Juan Carlos Álvarez. Sólo por respetar la tesis del eminente colega, el Celta debería de dar marcha atrás y resolver la cuestión. La tesis de Álvarez sostiene que el gran Celta comenzó en el Anfield del Piles en aquella tarde en la que el zar Mostovoi abandonó el terreno de juego disconforme con la táctica del entrenador Fernando Castro Santos, que echó al equipo atrás en cuanto el Celta se puso por delante y facilitó la remontada del Sporting. Álvarez dice que aquel mensaje de ambición caló en el club, que dio muchos pasos adelante hasta vivir sus mejores años.

Claro que las entradas son una cosa y el juego del Sporting ante el Levante es otra. Las tesis alrededor de aquel partido son de lo más variado. En las últimas horas han llegado tres, que resumiremos a la mayor brevedad posible.

La primera, procedente de Manuel de Cimadevilla, se refiere a la presencia de algún gafe en algún destacado palco de El Molinón. El estimado colega ha reclamado a algún responsable del Sporting que prohíba la entrada en el campo al que él apunta como gafe.

La segunda procede de un veterano aficionado con cincuenta y siete años de carné rojiblanco y con la insignia de oro, por tanto, desde hace siete años. Es partidario de dar moral al equipo y de perdonar los fallos que pueda cometer la chavalería abelardiana, que, según él, se merece la gratitud del mundo rojiblanco porque ha llevado al equipo a Primera y está resolviendo la temporada con mucha decencia. Con la crítica no se va a ninguna parte, sostiene. La clave, para él, es dar moral.

La tercera y última tesis procede de un sabio del fútbol cuyo nombre vamos a guardar bajo la alfombra de la discreción. El sabio, curtido en mil batallas futbolísticas, sentencia que "los guajes tienen que dejar de ser guajes y convertirse en adultos". En Primera, dice, no hay sitio para la blandenguería y la inmadurez. Cuando un padre manda a un hijo a la Universidad manda a un chaval de pocos años, pero le exige que apruebe los cursos. Pues el Sporting manda a sus jugadores a que aprueben el curso de la permanencia sin que sirva de disculpa la juventud del plantel.

Una situación futbolística, la del Sporting tras la decepción ante el Levante, provoca muchos puntos de vista. Pero la cita de Balaídos está tan cercana que el mundo rojiblanco ya tiene ganas de ver el duelo entre Lora y Nolito, que, según algunos finos analistas del lugar, va a ser la clave del desenlace del partido. Quienes consideran a Nolito la revelación de la temporada dan por hecho que va a ser de nuevo el jugador de la noche. Para evitarlo está el capitán rojiblanco, el capitán de un equipo que parece haber perdido frescura defensiva, pero que ya ha demostrado varias veces que es capaz de dar la campanada en cualquier campo.

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