Parrillero, dos estrellas y a ti te encontré en la calle.

Resueltas las dudas y decidido el viaje a Balaídos por parte de una buena representación del pueblo fiel rojiblanco, ya sólo queda decidir si tomar la ruta de Benavente, con parada en El Ermitaño, al que han devuelto una estrella Michelin, o cruzar La Mariña lucense y parar en Mondoñedo y hacerse con alguna tarta del Rey das tartas de la patria chica del gran Cunqueiro. El sábado da margen para la elección y las paradas, que la ferroviaria hora de las veintidós horas y cinco minutos para que dé comienzo el partido deja mucho margen de maniobra. La hora parece la de la salida de uno de los antiguos expresos que unían Madrid con la periferia. En uno de ésos viajó, como siempre por aquel entonces, el Real Madrid de Miljan Miljanic. Tras llegar a Gijón, el entrenador yugoslavo clamaba: "No es posible que un viaje de un equipo profesional dure once horas", que, en efecto, era el tiempo que se tardaba entre la estación de Príncipe Pío en Madrid y la antigua estación de Gijón. Por cierto, que diría García Ferreras, ¿cuántas han venido detrás de aquella y cuántas quedan por venir? Con la pregunta cumplimos la norma de mantener las buenas costumbres y con la pequeña historia honramos al canal historia, al que tenemos que sintonizar a la menor ocasión posible.

Sentado, pues, que una amplia representación del pueblo fiel rojiblanco va a acompañar al equipo en Balaídos, ahora queda esperar por la formación que ordenará el gran timonel ante el Celta de Toto Berizzo, en sus tiempos un excelente defensa. La incógnita principal se centra en conocer cómo va a ordenar la banda derecha propia por la que circula la estrella local, el tal Nolito. Si, tal como anuncian los más finos analistas del lugar, Halilovic, la gran amenaza rojiblanca, pasa a la banda derecha para dejar en la zona centro del medio ataque a Dani Ndi, el hijo pródigo recuperado, puede que Lora quede muy huérfano en la necesidad de frenar a la estrella viguesa. Pero ésa y otras cuestiones sólo podrán ser resueltas cuando se conozca la formación rojiblanca y cuando avance el partido.

La semana, como diría el clásico, ha estado cargadita, aunque parece que ha sido una especie de "Mar de plástico" antes de que comiencen los crímenes, pero es una impresión falsa, ya que han pasado muchas cosas. La más clara, el asentamiento de Luis Enrique como uno de los grandes de los banquillos europeos. Su Barcelona, en dos partidos, contra Real Madrid y Roma, que no son precisamente unos aprendices, ha marcado diez goles y ha encajado uno. Por contra, el grupo de Benítez ha perdido el equilibrio que tanto reclamó el entrenador: en dos partidos, siete goles en contra. O para esa sangría o no podrá aspirar a nada, ni en España ni en Europa, aunque el presidente Rajoy haya pronosticado en su larga noche de comentarista deportivo que este año llegará la undécima a las vitrinas del Santiago Bernabéu. Unas vitrinas que necesitan la llegada de nuevos trofeos que paren a su vez la ofensiva contra el presidente Florentino Pérez, que parece haber ganado la nueva batalla judicial que han abierto en su contra. La semana ha estado cargadita, pero el fin de semana viene mucho más cargado de acontecimientos.