El Unión Financiera parece un equipo bipolar. Tan capaz de enlazar seis victorias consecutivas y de plantar cara al potentísimo Palencia, como de sufrir derrotas tan clamorosas como la de Logroño o la de anoche en Melilla. Y ello a pesar de que en siete minutos inspirados de Miso logró colocarse por delante en el marcador (21-26). Puro espejismo en medio del inmenso desierto que supuso el tercer cuarto para los de Carles Marco.

Pronto se vió que el conjunto carbayón no tenía su día en el tiro exterior, fallando sus cinco primeros triples. Lo aprovechó el Melilla para coger una ventaja de seis puntos (21-15) con la que parecía que iba a finalizar el primer cuarto. Pero Miso, con un triple a tablero desde el medio campo, inició sus minutos mágicos. Siete en concreto, en los que encadenó 11 puntos consecutivos sin fallo para poner al conjunto ovetense por delante (21-26).

A Miso le sobra clase pero le falta ritmo y Carles Marco tuvo que devolverlo al banquillo. El conjunto ovetense lo notó, encajando un parcal de 21-6 que dejaba al cuadro local con la mayor desventaja hasta entonces del choque (42-32, min. 39) que Bassas maquilló con un triple hasta el 42-35 con el que se llegó al descanso.

El Unión Financiera aguantó en el partido apenas un par de minutos tras la reanudación (47-40). Entonces comenzó la pesadilla. El partido se convirtió en un concurso de triples y el Melilla fue el claro vencedor. Tanto por su mejor porcentaje en el lanzamiento (12 de 24 por 6 de 24 los carbayones) como porque también aprovechaba los rechaces para conseguir segundas oportunidades. 38 rebotes sumaron los de la ciudad autónoma por 27 los azules.

La diferencia, así, no hizo más que crecer a favor de los locales hasta el 70-46 con el que se cerraba el tercer parcial. El partido estaba decidido. Sólo quedaba saber si los de Alejandro Alcoba bajarían el ritmo de sus acciones o si serían los de Carles Marco los que bajaran los brazos. Claramente hubo más de lo segundo que de lo primero, y el marcador se fue hasta el bochornoso 95-65 final tras haber obtenido un minuto antes una máxima renta de 34 puntos (95-61).

Si la derrota de Logroño sirvió al Unión Financiera para reaccionar y encadenar seis triunfos seguidos, habrá que confiar en que el bochorno de Melilla tenga una respuesta similar por parte de este Unión Financiera bipolar e imprevisible.