Claudio Bravo lo para todo, Alves recuerda su mejor versión, Piqué se crece con los silbidos, Jordi Alba arrasa por su banda, Rakitic trabaja con calidad, Iniesta es puro fútbol, Sergi Roberto sale del cascarón, Messi está de vuelta, Luis Suárez pone el balón donde pone el ojo, Neymar invoca al espíritu del "jogo bonito". ¿Y Busquets?. Busquets juega para todos. No aparece en ninguna de las fotos de esta semana fantástica, con catorce goles y un puñado de detalles de lujo ideales para masajear el ego de muchos de sus compañeros. Pero sin él, el andamiaje del Barça se viene abajo. "Busquets es el jugador más inteligente que he dirigido", ha dicho Luis Enrique, sumándose a la ola de admiración que inició un día de septiembre de 2008 Pep Guardiola y que Del Bosque sublimó en el mundial de Sudáfrica: "Cuando yo era jugador, me hubiese gustado ser como él". Con reconocimientos como éste, Busquets no necesita nada más. En la primera lista del Balón de Oro, con 59 jugadores, no aparecía el nombre de Busquets. Ellos se lo pierden. Porque Busi hacer mejor a un equipo.