Los recientes casos en las federaciones asturianas de bolos y patinaje vienen a confirmar que es necesario un riguroso control incluso en estos organismos que se manejan con graves estrecheces económicas. Por ahí tiene mucho que decir la Dirección General de Deportes, que ha intervenido con diligencia para reconducir la situación. Algo parecido habrá que hacer con el acontecimiento deportivo más importante de Asturias, el Descenso Internacional del Sella. Desde la muerte de Emilio Llamedo, el comité organizador (Codis) se ha vuelto ingobernable. Pero al margen de las peleas internas conviene no echar en saco roto las advertencias de algunas personas muy vinculadas al acontecimiento. Sin ir más lejos, la de alguien tan interesado en que el Sella siga siendo una referencia como Walter Bouzán. "Tienen que abrirlo", advirtió el seis veces campeón en referencia al Codis: "No puede ser que estén quienes ellos quieran y luego funcionen con dinero público". De cajón. Porque, a diferencia de esas federaciones modestas, el Sella es un gigante con una gran repercusión económica en la comarca y en toda Asturias. Y cuanto más dinero, mayores tentaciones.