Seis meses y medio ha tardado Saúl Blanco en volver a jugar un partido de la ACB después de la dura lesión que sufrió, fractura de cúbito y radio, en el encuentro que enfrentaba al Iberostar Tenerife con el Fuenlabrada. A partir de ahí comenzó un largo y tedioso periodo de recuperación para el que es el mejor jugador asturiano de la historia.

"Me mentalicé desde el principio, cuando llegué al hospital me dijeron que me tenían que operar de urgencia y me hice a la idea de que iba a ser para largo. Al principio estuve tres semanas con yeso, luego me lo quitaron y me pusieron un brazo con articulación para que pudiera ir moviéndolo un poco y me lo quitaron a finales de agosto. A partir de ahí pude hacer algo de físico, de piscina y fui cogiendo la forma", detalla el alero asturiano.

El domingo, en su primer partido tras la lesión, ya jugó más de 20 minutos en la derrota (65-71) de los canarios frente al Manresa. El asturiano quiere pasar página de la lesión y tan solo piensa en enderezar el camino de un equipo que no ha comenzado nada bien la temporada y que ocupa la decimoquinta posición, con dos victorias y seis derrotas: "La lesión ya quedó atrás, el hueso está bien soldado y ahora busco encontrar otra vez buenas sensaciones de juego y coger el tono físico lo antes posible", explica.

El conjunto tinerfeño no está teniendo una buena temporada e incluso ya ha cambiado al entrenador con la salida de Alejandro Martínez y la llegada de Txus Vidorreta. Un Iberostar Tenerife además muy renovado, con las incorporaciones, entre otros, de dos viejos conocidos de la afición del Unión Financiera: Ian O'Leary, que jugó en Oviedo la primera temporada del club en LEB Plata, y Will Hanley, que consiguió el ascenso a la LEB Oro. Saúl Blanco explica que ha tenido con ellos la conversación habitual entre compañeros a los que une una ciudad: "Al principio les pregunté que dónde vivían en Oviedo. Los dos tenían muy buenas palabras para el club y para la ciudad".

Asturias le queda ya algo lejos a un jugador que salió de Oviedo con 14 años para jugar en el Siglo XXI. Tan solo volvió a la región en las dos temporadas que jugó en el Gijón Baloncesto. "No se acuerdan mucho de mí en Asturias", se lamenta el jugador. Eso sí, él no falta a su cita cada verano con su tierra. "Siempre intento pasar el máximo tiempo posible, veraneo en Luanco, pero este verano pasado fue un poco locura porque tuve que ir y venir cuatro veces para hacer las revisiones de la lesión", concluye.