"Siempre es bonito recibir al Avilés porque es un equipo histórico que no debería de estar en Tercera y para nosotros es un lujo competir con ellos". Son palabras de Viti Amaro, el técnico que se hizo cargo del Gijón Industrial el pasado 18 de noviembre en sustitución de Felipe Vega.

El partido del próximo domingo (12.00 horas) estará marcado por las especiales características del campo del Frontón, donde equipos muy fuertes como el Langreo (0-0) y el Marino (1-1) no pudieron ganar. "Nos aferramos al campo, que no tiene nada que ver con el Suárez Puerta, para intentar hacerle las cosas lo más difíciles posible al Avilés. La idea es que sufra y no haga el juego que suele hacer; por ahí y con la intensidad con la que competimos intentaremos sacar el partido adelante", explicó.

El técnico advierte de que el campo no está en perfectas condiciones. "El césped está un poco duro e irregular por las heladas y porque llovió poco, pero el mayor problema para los rivales es que es un campo estrecho y es difícil hacer buen fútbol porque hay poco espacio", explicó.

El entrenador gijonés espera un Avilés dominador y decidido a buscar la victoria. "Está muy bien situado pero sabe que si quiere ser campeón no puede perder más puntos para meter presión al Caudal, que se está saliendo porque está un peldaño por encima de todos. Yo no recuerdo a ningún equipo que lleve un gol en contra a estas alturas y creo que entre ellos estará el campeonato".

El equipo gijonés es colista y aún no ganó ningún partido en casa donde empató, además de Langreo y Marino, con el Llanes (2-2), Praviano (0-0) y Roces (1-1). La única victoria fue ante el Urraca (1-2) en Llanes. La situación está complicada, pero Viti Amaro es optimista. "Aún estamos lejos de lo que queremos desde que cogí el equipo, pero está respondiendo muy bien. La gente no ve mejoría a nivel de resultados porque nos está tocando el tramo duro del calendario, pero yo desde dentro veo que el equipo compite muy bien y no concede muchas ocasiones, aunque nos cuesta en ataque".

Unos argumentos que le llevan a asegurar que el equipo no está muerto. "Ni mucho menos y que nadie nos de por descendidos porque veo actitud para luchar, la gente está muy implicada y el grupo está más vivo de lo que dicen los números y la tabla".

El entrenador gijonés no se atreve con un resultado, pero espera un marcador corto. "Un 1-0 estaría estupendo", concluyó.