Familiares y amigos llenaron ayer la iglesia de los Carmelitas de Oviedo en el funeral por José Manuel Tartiere Herrero, en lo que fue una sentida despedida a una persona que se había ganado el afecto de todos los que le trataron. Pipo Tartiere, como se le conocía coloquialmente, fallecido el miércoles, era sobrino de Carlos Tartiere, fundador y primer presidente del Oviedo. El fútbol era una de las grandes aficiones de Pipo, que jugó en varios equipos regionales en los años cincuenta. También fue cronista de ciclismo. En la foto, un momento del funeral.