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AL PALO

El crupier

En estos días de tribunales, que es en lo que anda el Madrid, parece que la "cosa fútbol" está aparcada, aunque estos asuntos trascienden más en el Real Madrid. En la zona guay (dícese de un equipo que, según el tomo dos del "Guaysmo como concepto", no hace nada mal y se le presupone humildad), los asuntos terrenales se tapan con un par de jugadas que ya se encargan de exagerar desde los foros correspondientes, cosa que con el Madrid no se puede hacer ni queriendo, a la vista del juego. Pueden estar (los guays) metidos en un barrizal de lucha libre en barro (valga la redundancia) que rápido se amortigua el golpe con un par de gritos de 5.000 vatios de potencia (por canal) de unos cuantos cantando los goles de su muchacho preferido. Aunque el Madrid no sale del barrizal ni con gritos de ánimo ni con ducha caliente.

Bien, en ésas estamos a la par que se ve que la crisis, que parecía que cambiaba de lado, ya la arregló el Madrid con el desastre de Villarreal. Son esas crisis de pequeño pero constante goteo que incluso el personal afín festeja ("hay que dejar a estas 'máquinas' descansar de cuando en cuando", dicen). Pero el goteo es helado, no ceja y va creando una capa de hielo hasta que la dureza es tal que ya no hay forma de reaccionar. Y el Madrid ya está en fase cubito del Polo Norte. Hay algunas cosas en fútbol que se repiten. Y es entonces cuando el cachondeo cambia de acera. Pero ni con ésas el Madrid empata. Cuando tenía la oportunidad de ahogar penas, repartió alegrías entre todos los rivales.

Un tipo amigo de Las Vegas, Las Vegas de Estados Unidos, que tiene una potente agencia de noticias, contó a uno de los guionistas de "Al Palo" que a un crupier del Flamingo se le fue la olla cuando estaba cerrando la apuesta y dijo: "Real Madrid, no va más", en el sentido de que ya no entraba en juego. Efectivamente, el crupier acertó desde Las Vegas: el Madrid no va más. Y parece ser que es algo que ya se huele hasta en los grandes casinos de la ciudad del neón. Por cierto, los merengues van a necesitar mucho neón para recobrar el brillo.

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