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Fondo Norte

El necesario sosiego para llegar al destino

Tras la feliz, que no triunfal, noche del martes han aparecido nubarrones en el horizonte rojiblanco

El mundo del fútbol es tan curioso y peculiar que después de una noche que pudo ser triunfal y que fue feliz hasta casi el final del partido, los nubarrones aparecieron en el horizonte rojiblanco. El anuncio de que el club ha pedido a dos jugadores, Juan Muñiz y Hugo Fraile, que busquen club en el mercado de invierno, ya que el Sporting no cuenta con ellos, ha provocado que las aguas, al revés que las de San Lorenzo de estos días, que están como un plato, se hayan revuelto. Juan Muñiz dice en público que el entrenador le ha pedido disculpas por unas declaraciones en las que justificaba la no convocatoria del futbolista y asegura que luchará para que el técnico y el club cambien de opinión respecto a él, que ha habido otros jugadores a los que se les dijo que buscaran nuevos destinos y que están en las formaciones titulares rojiblancas. El gran timonel dice que el vestuario es una piña, pero decide que el entrenamiento de hoy, que no pasa de ser un trámite, penúltimo antes de la semana de vacaciones, se celebre a puerta cerrada en el Palacio de Deportes de La Guía, en una medida que, según los analistas más finos del lugar, es represalia para algunos medios críticos con la labor del técnico.

Desde la periferia del microcosmos de Mareo no queda más remedio que recomendar sosiego a los protagonistas. Una noche como la del martes, porque fue martes aunque esto siga sin ser Bélgica (y por muchos años, en versión original de JB), no puede tener la prolongación de estos mínimos desencuentros que, sin embargo, algún ocupante del vestuario rojiblanco dice que no son nada al lado de la realidad. Lo que menos necesita el Sporting a estas alturas de una temporada crucial para su historia es que los supuestos desencuentros afecten al rendimiento del equipo. La plantilla está justa, como sabe cualquier miembro del pueblo fiel rojiblanco, y ha de tener puestos todos los sentidos en sumar los puntos necesarios para la permanencia. Por cierto, que diría García Ferreras, el domingo el Sporting puede caer al descenso por vez primera en el presente ejercicio. El partido aplazado frente al Barcelona puede tener la culpa, porque, con todos los respetos a Piqué, no habrá que darlo por perdido.

Aplazamientos al margen, la realidad del Sporting es que el acuse de recibo del cambio de categoría es grande. De aquel equipo al que no había manera de hacerle un gol se ha pasado a este, que encaja más de lo deseable. En los últimos tres partidos ante la UD Las Palmas, Sevilla y Betis, los rojiblancos han encajado seis goles, muchos goles, con los que es complicado sumar puntos o superar eliminatorias coperas. Las casualidades arbitrales (¿o no?) provocan que para el próximo partido, en el lejano día 30, Abelardo se encuentre sin dos puntales como son Luis Hernández y Bernardo. Con su humor gijonés el gran timonel justificó la reserva de Lora y Meré en el partido del martes como imprescindible, porque si les pasa algo a ambos, él va a tener que sacar la ficha y colocarse de central.

Quedan días para Éibar, días de vacaciones y de fiestas familiares, días para alcanzar el sosiego y coger los remos para ir todos en la misma dirección. Como en el segundo tiempo de la noche del martes, en la que apareció la luz de Halilovic.

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