La semana empezó torcida. Las "Guerreras" del balonmano español, acostumbradas a luchar por el podio en los últimos años, se iban para casa en los octavos de final del Mundial por una mezcla de errores propios, la categoría del rival (Francia) y unas decisiones arbitrales cuanto menos discutibles. Aunque la polémica se concentró en los últimos segundos (gol anulado, exclusiones, penalti sobre la bocina), las jugadoras de Jorge Dueñas se tragaron la indignación y no dieron el espectáculo. Luego hubo algunas quejas, pero una vez más un equipo netamente ganador demostró que también sabe perder.
Una semana de pasada