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Fondo Norte

Las conocidas tesis de Paco Jémez

El árbitro del partido del Bernabéu ha incluido en el acta frases menores del entrenador y de un ayudante

No se trata de abrir la lata en la que se guardan las medallas, pero conviene repasar el análisis que Paco Jémez, entrenador del Rayo Vallecano, hizo el domingo del arbitraje y repasar algunos textos cercanos en los que se lee lo mismo: la Liga española no merece algunos arbitrajes, actuaciones como las del domingo en Madrid desacreditan el fútbol español y por ahí para allá. Paco Jémez, con perdón, ha puesto el dedo en la llaga.

Lo más gordo viene después, en el acta arbitral, que recoge frases del entrenador rayista y de un ayudante del preparador físico que como merezcan algún tipo de sanción por parte de los comités será para cerrar el quiosco y dedicarse a la meditación tibetana. El entrenador anima a los suyos y el ayudante le dice a un juez de línea, ahora árbitro asistente, que cuesta mucho hacer un equipo de Primera y preparar a los jugadores. Sólo eso. Ni las frases del entrenador ni las del ayudante merecen pasar a ningún acta, pero el afán acusica de los árbitros españoles es patético. Le digo a usted, señor de guardia.

Las vacaciones vienen de cine para que las almas se serenen. Bale, autor de cuatro goles ante el Rayo, se llevó el balón de recuerdo y ha colocado en las redes sociales una foto con el recuerdo en el avión privado que lo llevó a País de Gales, donde, se supone, pasará la Navidad. Es curiosa la batalla por la discreción que libran tantos futbolistas que luego usan las redes para comunicar a medio mundo, el otro medio está en la película de las galaxias, dónde se encuentran, con quién y demás detalles.

En los territorios rojiblancos, incómodos horarios de los próximos partidos al margen, se avanza hacia la normalización. La deuda pendiente con Hacienda ha sido saldada gracias al anunciado crédito. Las esperanzas de poder contratar a algún futbolista durante el mes de enero parecen reabrirse. Según relatan los más finos analistas del lugar, Abelardo, de poder fichar, prefiere la llegada de un delantero frente a otro tipo de especialistas. El gran timonel es, sin duda, quien mejor conoce a la plantilla y quien mejor sabe de las necesidades del equipo. Que no le pase lo que, en su día, le pasó a Rafa Benítez en el Valencia, que pidió un sofá y la trajeron una lámpara. El Sporting no tiene una situación económica que le permita maniobrar entre demasiados futbolistas; a ver si puede maniobrar con uno solo. Ya estaría bien.

Como bien está la marcha de un entrenador gijonés, Luis Enrique, ahora campeón del mundo al frente de un Barcelona imparable, cercano al de Guardiola. Un título menos, la Supercopa de España, ha ganado este Barcelona conducido por un Luis Enrique que ha pasado de la crisis de Anoeta al cielo de Japón.

Hoy, si el calendario no engaña, empieza el invierno, se sortea el Gordo y es martes, aunque esto siga sin ser Bélgica (y por muchos años, en versión original de JB), y es el día siguiente al que la FIFA ha decidido fulminar a Blatter y a Platini de los máximos órganos futbolísticos mundiales en una prueba de a qué niveles ha llegado la corrupción en las altas esferas futbolísticas. Los dos personajes no reconocen la sanción, que al presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, le parece muy pequeña porque no acarrea la suspensión definitiva. Pues eso.

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