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Messi arranca, Munir decide

Dos tantos del delantero tras jugadas del argentino deciden a favor del Barça un choque de nuevo tenso pero menos bronco

Messi intenta un disparo antre la oposición del españolista Joredán. EFE

J. M. MATUTE

El Barcelona, vigente campeón del torneo, alcanzaba los cuartos de final de la Copa tras superar anoche 0-2 al Espanyol (6-1 en el global) en un choque escaso de calidad salvo en las arrancadas de Messi y sobrado de faltas, aunque no llegó a la tensión ni los encontronazos de los dos anteriores enfrentamientos - en Liga y en la ida disputada en el Camp Nou-, entre los mismos protagonistas.

El Espanyol quemó sus naves en diez minutos muy intensos, en los que apretó la salida del balón del Barcelona. Pero los de Luis Enrique, sin prisas ni urgencias dada la clara ventaja que le otorgaba el 4-1 con el que iniciaban el encuentro, se limitaron a frenar las acometidas y hacerse con el control arriesgando lo mínimo; es decir, nada.

Así, el partido giró en torno a las apariciones de Messi, que en los minutos 10 y 23 ponía a prueba al italiano Bardi, quien se lucía con sendos despejes. Y Messi, para lo malo y lo bueno, fue el protagonista de la doble acción que cambió el partido recién cumplida la primera media hora de juego. Perdió el argentino un balón en la medular que permitió la contra del Espanyol, frenada sobre la línea del área azulgrana por un agarrón de Rakitic a Salva Sevilla. Fernández Borbalán dejó seguir el juego y Messi servía en la siguiente acción un balón de oro a Munir para que superara la salida de Bardi y lograra el 0-1.

El Espanyol, dolido, incrementó sus acciones de "rasca y pega" (Álvaro a Messi, Caicedo sobre Ter Stegen...) para al límite de la primera mitad tener Caicedo, tras monumental error de Vermaelen, la más clara del encuentro. Pero el meta azulgrana, que acababa de ser arrollado por el delantero blanquiazul, acertó a meter la mano ante el intento de vaselina del "perico".

Esta acción sirvió para reactivar al Espanyol tras el descanso, con un disparo y una arrancada de nuevo de Caicedo en los primeros minutos a las que respondió con acierto Ter Stegen. El conformismo azulgrana no pareció del gusto de Luis Enrique, que recompuso el equipo con las entradas de Bartra y Adriano y pasando a Mascherano a la medular. El Barça, así, ganó el control que le estaba faltando en el centro del campo y, sin necesidad de apretar en ataque, jugó con el balón y con el reloj. Pero ni ello ni la ausencia de Piqué implicaron que el nivel de tensión bajara porque el Espanyol no eludió ningún cuerpo a cuerpo, más bien los buscó de continuo, y el Barça tampoco se arrugaba. Las faltas, las tarjetas y algunos -pocos- piques personales retomaron el protagonismo mientras las ocasiones desaparecían... hasta que una nueva arrancada de Messi la prolongaba Arda Turán sobre Aleix Vidal para que el envío de éste al borde del área chica lo convirtiera Munir en el 0-2 bordeando el fuera de juego.

Ya en el descuento, Messi buscó su gol pero su disparo desde la frontal, raso y pegadito al palo, lo desviaba el meta local al tiempo que Fernández Borbalán certificaba el final del choque y el consecuente pase del campeón a la siguiente ronda.

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