Miramar no ayuda al Marino en su lucha por meterse en la lucha por el play off de ascenso. El estado del césped del campo luanquín sufre mucho con las lluvias y sus efectos ya se empezaron a notar en los últimos partidos, sobre todo el domingo ante el Colunga. Los locales se impusieron en el minuto 93 con un gol de Omar Sampedro después de una dura batalla de los dos equipos contra el barro.

El problema de Miramar es el drenaje y el campo mejoró con las obras que realizó el club hace tres años y que evitaron que se tuvieran que suspender partidos, como sucedió en alguna etapa del equipo en Segunda B. El Marino volvió a realizar obras de mantenimiento y mejora a principios de temporada con la esperanza de que aguante. "Cuanto mejor esté el terreno más nos beneficia por el estilo de juego que tenemos, pero en cuanto llueve varios días seguidos se complica", señaló el presidente, Luis Gallego. El estado del césped llevó al equipo a entrenar toda la semana en el sintético de Balbín, a pesar de que no está en buen estado.

Comida de la plantilla. Jugadores, técnicos y directivos del Marino se reunieron ayer en una comida en el restaurante La Fustariega (Verdicio), para hacer piña cara a lo que resta de temporada. La plantilla es consciente de la importancia que tiene para el club mantenerse en la lucha por el play off y confía en conseguir los puntos necesarios.