La selección española de balonmano se encuentra ya en Polonia dispuesta a romper la barrera de semifinales con la que se topó tanto en el anterior Europeo de Dinamarca como en el pasado Mundial de Catar, y pelear por un oro continental que en esta ocasión viene acompañado de un premio añadido: la clasificación directa para los Juegos de Río.

Para ello, el conjunto español confía en el regreso del portero Arpad Sterbik, que tras perderse por lesión las dos últimas grandes citas internacionales se antoja como el factor decisivo para que España pueda romper su techo de cristal.

España, doble campeona mundial (2005 y 2013) buscará un oro continental, que ha acariciado hasta en tres ocasiones (1996, 1998 y 2006), aunque para ello deberá superar un duro camino empezando por la exigente primera fase, en la que se medirá a Alemania (mañana), Eslovenia (lunes) y Suecia (miércoles). Tres complicados equipos que pondrán a prueba los engranajes de una selección española, que pese que, a priori, parece un peldaño por encima de sus rivales, no puede permitirse la más mínima relajación si no quiere complicarse el camino hacia las medallas.

Y es que España necesitará pasar a la segunda ronda con el máximo posible de puntos para afrontar con garantías una segunda ronda en la que presumiblemente se enfrentaría con Dinamarca, Hungría y Rusia.

El Europeo comienza hoy con dos partidos: Francia-Macedonia y Polonia-Serbia.