Gijón, Dani BLANCO

El derbi gijonés entre el Ceares y el TSK Roces acabó con un empate que no soluciona las dudas con la que llegaban ambos equipos al encuentro. Un duelo que quedó marcado por una primera parte fría, sin soluciones en ambos conjuntos para hacer daño a su rival y que sólo se animó con el calor de los goles y con un final intenso en el que el portero Davo salvó un punto para los locales.

Ambos conjuntos salieron al césped con una idea clara, la de no cometer errores y ser expeditivos en sus acciones. Una circunstancia que cumplieron a rajatabla y que hizo que el encuentro no tuviese continuidad, con numerosas pausas y con un juego directo que no creó excesivo peligro en ambas áreas. Tanto Davo como Jairo apenas tuvieron que entrar en juego, salvo en contadas excepciones. La peor noticia fue la lesión de David, jugador del Roces, que hasta ese momento estaba realizando una buena labor de desgaste en el centro del campo.

Más viva comenzó la segunda mitad, con un disparo de Chus Naves que golpeó en la base del poste y un error en la salida de balón dejó en buena posición a Marcos Iglesias, que erró en el mano a mano con Jairo. El delantero se resarció desde el punto de penalti tras una acción con Borja que fue muy protestada por el conjunto de Juan Carlos Cortina.

El tanto animó el duelo y el Roces igualó muy pronto en un saque de esquina. Tras peinar el balón en el primer palo, Reyero marcó a placer en el segundo poste para hacer la igualada. El Ceares tuvo su ocasión en un libre directo en el que Jairo se empleó a fondo para rechazar el disparo de Pablo Martínez, pero más claro tuvo la victoria el TSK Roces. Barquero y Javi Manín se encontraron con un inspirado Davo, que se convirtió en la pesadilla del equipo de Cortina para salvar un punto para un Ceares irregular. El derbi no alegró a ninguno.