La instrucción del presunto amaño de un partido entre el Levante y el Zaragoza en 2011 se retomó ayer en Valencia con la declaración de los últimos jugadores imputados y la de los primeros testigos del caso.

Entre los primeros estuvieron los exjugadores del Zaragoza Adam Pinter, Paulo Da Silva y Toni Doblas, quien tras declarar aseguró que no hubo ningún tipo de acuerdo.

Diferente es la posición que sostienen la Liga de Fútbol Profesional y la Fiscalía Anticorrupción, que creen que con dinero del club aragonés se pagó a los jugadores del Levante para que se dejasen perder.

También comparecieron los exjugadores del conjunto valenciano Felipe Caicedo y Sergio González. Según indicó posteriormente Javier Tebas, presidente de la LFP, fue éste último quien advirtió al presidente del Deportivo, que descendió al ganar el Zaragoza, de que el choque se había comprado.

Tebas se mostró convencido de que "se amañó el partido", aunque admitió que "la verdad jurídica será la que se demuestre". El directivo declaró como testigo, como también lo hicieron entre otros Quico Catalán, presidente del Levante, David Fernández Borbalán, árbitro de aquel encuentro, y Luis García, entrenador entonces del conjunto valenciano. "Creo que hay hechos determinantes. Sobre todo el movimiento de dinero de los jugadores del Zaragoza que determina que se sacó un dinero. La información que tenemos y que he ratificado es que llegó a los jugadores (del Levante) para intentar arreglar ese partido", resumió Tebas.

"Sólo tengo una conclusión. O el dinero que sacaron los jugadores del Zaragoza fue para comprar el partido de acuerdo con su presidente o se lo quedaron con Agapito Iglesias (el entonces presidente y dueño del Zaragoza)", añadió.

Según Tebas esto implicaría que "o hay un delito de amaño de partido o hay uno de apropiación indebida", dijo.