Los organizadores de la Copa Real Club de Tenis de Oviedo, antigua Copa Masaveu, vivieron el pasado septiembre la moda de las apuestas en directo, basadas en los "dedos rápidos". En aplicación de la reglamentación de la Federación Internacional de Tenis (ITF), el director del torneo, Javier Olay, ordenó la expulsión de un grupo de espectadores que habían sido advertidos sobre la utilización de dispositivos móviles durante los partidos. Según Olay y el juez árbitro del torneo, Roberto Pérez, el incidente no tiene nada que ver con el escándalo conocido estos días con tenistas implicados en casos de amaños de partidos.

La edición número 81 de la Copa Real Club de Tenis, un torneo de la categoría "Future" dotado con 15.000 euros en premios, sirvió para cofirmar que este deporte es uno de los más adecuados para los apostadores "on-line". En su primera experiencia como director del torneo, Javier Olay se encontró con un problema inesperado cuando uno de los jugadores se quejó por la actitud de un grupo de espectadores.

Varios jóvenes, en torno a una docena, empezó a llamar la atención por sus gestos de alegría o decepción tras cada punto en disputa. "Se dejaron notar porque no quitaban la vista de sus móviles y no respetaban los códigos de cortesía del tenis al celebrar los fallos", señala Olay, que buscó una solución en la experiencia del juez árbitro internacional Roberto Pérez.

"Ya me había pasado algo parecido en otros torneos, pero no con un grupo de gente tan amplio", explicó a LA NUEVA ESPAÑA Pérez, que tiene muy clara la particularidad del incidente de Oviedo: "Eran chavales sin picardía. Como les iba bien empezaron a correr la voz y llegaron más, con lo que resultaba muy evidente lo que estaban haciendo". Roberto Pérez trasladó a Javier Olay los pasos a seguir, que enumera el director del torneo: "Pusimos carteles advirtiendo que sería expulsado de las instalaciones cualquier espectador que fuera visto con la página de alguna casa de apuestas abierta en la pantalla del móvil. Además contratamos un guardia de seguridad y solicitamos la presencia de la Policía Nacional".

Tras una primera advertencia, Javier Olay ordenó la salida del club de una decena de infractores, sin mayores problemas. Además, poco después Olay pudo comprobar como algunos de los expulsados se encaramaron al kiosko de la música de la finca de Villa Magdalena, desde el que se puede seguir el juego en alguna de las pistas. "Ahí ya no podemos hacer nada", aclara Olay, que en sus muchos años como espectador del torneo ovetense nunca había visto nada igual. "Esto es muy reciente porque va unido a la tecnología", recalca.

La clave de este fenómeno es lo que Roberto Pérez denomina "dedos rápidos", es decir, que los jugadores "on-line" puedan realizar su apuesta antes de que el dato del punto en disputa llegue a los ordenadores de la ITF. "El problema que hubo en Oviedo es que, además, el sistema en algún momento funcionó mal y tardaba en llegar la anotación del punto que el juez de silla introducía en su tableta", añade el juez árbitro del torneo.

Roberto Pérez precisa que la normativa de la federación internacional "no prohibe las apuestas en las pistas de tenis, sino que se refiere al uso continuado de teléfonos móviles, tabletas y ordenadores. Por eso incluso en los torneos más importantes hay personas que se mueven por toda la grada vigilando. Y son normas de obligado cumplimiento porque existe el derecho de admisión".