Al Unión Financiera le hizo falta una prórroga para llevarse un partido que a punto estuvo de sentenciar en el tercer cuarto. Los de Carles Marco no se descompusieron a pesar de haber desperdiciado la renta de nueve puntos (54-64) con la que iniciaron el que debía ser el último cuarto y, liderados por un fantástico Zaid Hearst, sumaron una victoria importantísima en la cancha de un luchador Cáceres.

La exhibición de Zaid Hearst en la pista del equipo extremeño fue antológica. El estadounidense es capaz de aportar en todas las facetas del juego. Ayer anotó 20 puntos, cogió 8 rebotes (3 de ellos ofensivos), robó 3 balones y, sobre todo, acudió al rescate del equipo ovetense cuando más se atascaba en ataque.

Y es que el Unión Financiera es un equipo cada vez más solido en defensa y al que sólo le falta coger confianza en ataque. Es difícil ganar un partido anotando 4 triples de 31 intentos (un 13%). Y si el equipo de Carles Marco lo consiguió fue por la superioridad que tuvo en el rebote (50 rebotes de los asturianos por 36 de los extremeños) y porque supo coger el camino de la sensatez a tiempo.

Al Unión Financiera le van bien las cosas cuando se da cuenta de que su fortaleza está tanto en el juego interior como en el exterior. Cabanas aporta rebote y defensa y Trist buenos movimientos debajo del aro y puntos en ataque. A ellos se suma el guerrero Kevin van Wijk para formar un juego interior de muy buen nivel. Cuando el equipo mira para adentro también se abren huecos afuera y así los tiradores pueden encontrar mejores posiciones.

El primer tiempo fue igualado, con ventajas escasas (la mayor diferencia fue de cinco puntos para el Cáceres a falta de 3.29 para el descanso), y en el que brilló la defensa de un Unión Financiera lastrado por su poco acierto en ataque: no anotaron ninguno de los 13 triples que intentaron.

Las cosas se le empezaron a poner de cara al conjunto ovetense en el tercer periodo. Víctor Pérez se entonó desde la línea de tres y el Unión Financiera empezó a distanciarse en el marcador. Una de las imágenes que mejor resumen la evolución de este equipo fue ver a Mario Cabanas tirarse al suelo para recuperar un balón y entregárselo a Zaid Hearst. La conexión del pívot gallego es fundamental para este equipo. En el último cuarto los ovetenses tuvieron tiempo para desperdiciar la renta adquirida y para errar la última jugada.

Pero no se descompusieron en la prórroga. Y fundamentalmente Zaid Hearst se empeñó en sumar una nueva victoria para los ovetenses. Ver a este jugador coger rebotes, robar balones y entrar a canasta, todo a una velocidad endiablada, es un espectáculo que se espera con ansia en Pumarín.