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El ejemplo de Cheryshev no es ninguna broma

Lo que lleva aguantado Denis Cheryshev esta temporada es de record. Primero se queda en el Madrid atendiendo a la sugerencia de Rafa Benítez, que le promete protagonismo. Cuando finalmente lo tiene demuestra sus condiciones, con un primer tiempo muy estimable en Cádiz, aunque no sea eso precisamente lo que se recuerda de aquel partido en el Carranza. Tuvo que oir de todo, en el campo a ritmo de chirigota gaditana y fuera con ese tono sospechoso de las campañas organizadas para cargarle con las culpas en un club con cientos de empleados. Denis lo aguantó todo con entereza mientras volvía a la grada o al banquillo. Hasta que el mercado de invierno le dio la oportunidad de hacer lo que más le gusta: jugar al fútbol. Como el destino es caprichoso e incluso malvado, su debut con el Valencia tuvo que ser en el Camp Nou, el escenario donde más se celebró el sainete copero junto con el Carranza. A Gary Neville, con la goleada en marcha, no se le ocurrió otra cosa que exponer a Cheryshev al escarnio público. Lo aguantó sin un mal gesto, se fajó mientras seguían cayendo los goles y al final, cuando sus compañeros corrían despavoridos hacia el vestuario, dio la cara en la entrevista televisiva, demostrando una vez más su fortaleza mental y un respeto que otros no han tenido con él.

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