Gijón, J. I. C.

La gijonesa Marta García Casavieja fue una promesa del atletismo asturiano y cumplida su etapa atlética, y maestra de profesión, se hizo una promesa: mejorar las condiciones de vida y educativas en Iringa (Tanzania) donde impartió el año pasado clase y a donde volverá cuando finalice este mes. Con dicho fin se marcó un objetivo: construir una guardería para niños entre 2 y 5 años. Y nada mejor, pensó, que poner en marcha una carrera solidaria a través de la ONG "Dulces Lessons", creada por ella misma y que daba nombre a la carrera que ayer impartió dulces lecciones de solidaridad.

"Dulces Lessons" vivió su primera edición con más de un millar de corredores en la línea de salida, en un día ventoso en el que los disfraces, sobre todo en las categorías infantiles, pusieron la nota de humor y calor en el campus universitario de Gijón, escenario de la prueba.

Dos atletas del equipo que Marta vistió su camiseta, el Gijón Atletismo, se impusieron en la carrera masculina: Raúl Álvarez (15:08), que venció con comodidad, y David Gargantiel (15:46), que luchó por su posición de privilegio ante Arturo Prieto (15:47) y Adrián Moreno, que marcó el mismo tiempo que el atleta del Toscaf.

En el apartado femenino se constató el tirón de la prueba, puesto que se superaron con creces las trescientas corredoras. La veterana Belen Betolaza (Relieve) se imponía con 19:04 a otras dos atletas de la categoría: Marta Capín (19:48) y la exmarchadora Niobe Menéndez (19:58).

Marta García Casavieja, que no olvida sus promesas, se marca un nueva meta: que el año que viene la carrera se repita y se mejoren las condiciones de los participantes, a los que agradeció de todo corazón su solidaridad con los más desfavorecidos.