El Celta no ha dado por entregada la final de la Copa, a la que no accede desde hace quince años, y espera que Balaídos sea hoy (20.30, La 1) un aliado más para una difícil remontada ante el Sevilla, un rival que desde su claro 4-0 de la ida se muestra prudente para la vuelta de esta semifinal.

El resultado obtenido la pasada semana en el Sánchez Pizjuán no estaba en los planes de los sevillistas más optimistas, pero tras lograrlo en el seno de club siempre se han manifestado cautos ante la posibilidad de volver a una final de la Copa, que disputaron por última vez en 2010 y la ganaron por 2-0 en el Camp Nou al Atlético de Madrid. Pese a todo no se considera que todo está hecho y Unai Emery pondrá en liza a su mejor equipo para evitar la sorpresa.