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Pumarín recupera la alegría

El Unión Financiera doblega al Barça B y consolida su cuarta plaza con un partido redondo y un último cuarto excepcional

Dan Trist trata de encestar ante la oposición de Mbaye, ayer, en el polideportivo de Pumarín. FERNANDO RODRÍGUEZ

El Unión Financiera sale muy reforzado tras su victoria de ayer en Pumarín. Los de Carles Marco dieron un recital ante su público frente a un Barcelona B que les aguantó algo más de dos cuartos. Una exhibición que les sirve, además, para consolidarse en la cuarta plaza y para ganar su primer partido de año en casa tras dos derrotas en Pumarín. El equipo ovetense enlaza tres victorias seguidas en las que ha dado un paso al frente, con una gran defensa y un ataque que cada vez fluye mejor. Si encima a Víctor Pérez, el alma del equipo, le vuelven a entrar los triples, todo pinta muy bien para los ovetenses.

Era noche de Carnaval en Oviedo y algunos espectadores llegaron vestidos de Superhéroes, con la intención de investir de poderes especiales a los protagonistas de la contienda. Pero en el Unión Financiera decidieron dejar los efectos especiales para el final del encuentro y al principio se dedicaron a trabajar. Una buena decisión que viene tomando el equipo en las últimas jornadas.

El primer cuarto fue de alto nivel, con el Unión Financiera defendiendo muy bien y al que sólo le faltaba más acierto de cara al aro. El equipo local atravesó sus peores momentos en el segundo parcial, cuando el equipo azulgrana logró darle la vuelta al marcador para irse a los vestuarios por delante (29-31). El electrónico reflejaba un tanteador bajo y en el ambiente se sentía que lo bueno de la noche estaba aún por llegar. La única pega que se le podía poner al equipo de Marco en esta primera mitad eran las ocho pérdidas de balón. Un defecto que corrigieron a tiempo.

Las batallas se ganan siendo constantes y el Unión Financiera lo fue. Y uno que suele serlo es Zaid Hearst. El estadounidense está en un momento de forma extraordinario. Es pura energía. Ayer aportó 15 puntos y cogió 11 rebotes. Es un jugador eléctrico, que desespera a los rivales que no saben de dónde aparece para robarles un rebote que creían suyo. Una pieza que se está convirtiendo en básica dentro del engranaje del equipo carbayón.

Con la energía de Zaid Hearst, la fantástica dirección de Bassas (ayer repartió 11 asistencias, algunas de ellas de bellísima factura) y un Víctor Pérez al que se vio tan luchador e inteligente como siempre, pero más acertado en su tiro exterior que otros días, el Unión Financiera siguió poniendo los cimientos para llevarse la victoria. Una canasta de Andrés Miso cuando se agotaba el tiempo permitió al Unión Financiera irse al último cuarto con una renta de tres puntos (50-47).

Y para que la noche en Pumarín fuera completa hacía falta esa magia que tan famoso a hecho al pabellón ovetense, que es la envidia de casi todos los rivales por el apoyo que el público dispensa a su equipo. Y le hacía falta a la gente vivir algo como lo que sucedió en los últimos diez minutos. Ver al querido Víctor Pérez ametrallar el aro desde la línea de tres era algo que toda la afición del equipo estaba deseando.

Y tras una canasta de Trist, Víctor Pérez encestó dos triples seguidos para llevar la diferencia a 11 puntos (58-47) cuando aún faltaban 8.10 minutos para el final. Pero eso fue sólo el principio. Otros dos triples de Andrés Miso aumentaron la renta a 15 puntos (64-49) a falta de 6.53. Un parcial de 14-2 en poco más de tres minutos. Alfredo Julbe, técnico visitante, ya había tenido que pedir dos tiempos muertos.

De nada le sirvieron porque Andrés Miso siguió anotando, Bassas repartiendo asistencias que levantaron al público de las sillas y Víctor metiendo triples. Y si por fuera no se podía anotar no había más que entregarle el balón a Trist debajo del aro. Una canasta del pívot estadounidense puso la renta en 20 puntos (78-58) a falta de 2.18 para el final. El partido había acabado y a la fiesta que había montada en las gradas sólo le faltaba la entrada en la cancha de Óscar Fernández Oraa, un canterano que ayer entró en la lista por la ausencia por lesión de Diego Sánchez. Todos le buscaron y a punto estuvo de anotar en las tres ocasiones que lo intentó. Sólo faltó eso para que la noche en Pumarín fuera perfecta.

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