"Me reí y pensé: las estrellas copian a los amateurs". Sobre las diez de la noche del domingo, mientras veía por televisión el Barcelona-Celta, Fermín Álvarez era de los pocos que sabían que el penalti indirecto que acababan de ejecutar Messi y Luis Suárez no era pionero en España. A expensas de que aparezca otro caso en ese fútbol alejado de los focos y los grandes escenarios, Fermín y Toño Velázquez hicieron historia un 20 de febrero del año 2000, cuando marcaron un gol de esa manera en un Siero-Mosconia en el Luis Miranda. Y con más mérito que los barcelonistas, ya que lo decidieron sobre la marcha y sin ensayarlo ni una sola vez.
Todo surgió en una clase sobre reglas del juego del curso de entrenadores a la que Fermín y Velázquez asistieron mientras apuraban su carrera futbolística en el Siero, en Tercera División. "Aquella clase la dio Díaz Vega y, entre otras cosas, puso el ejemplo del penalti indirecto como una jugada perfectamente legal. Velázquez y yo lo comentamos y a los dos días, en el siguiente partido, se me acercó y me dijo: lo hacemos". Así, sin ensayarlo ni una sola vez previamente, a los diez minutos de la visita del Mosconia al desaparecido Luis Miranda y con empate a cero en el marcador.
Tampoco tuvieron muchas dudas sobre el reparto de papeles: "Yo era el que tiraba los penalties normalmente y ya había marcado uno en la primera vuelta, en Grado, al mismo portero. Fue todo improvisado, cuando toqué el balón no sabía ni siquiera el lado por el que iba a aparecer Toño. Estaba pendiente de que llegara bien porque sabía que si fallaba algo íbamos a hacer un ridículo espantoso". Y quizá con consecuencias: "No habíamos dicho nada a ningún compañero ni al entrenador, Daniel Suárez. Al descanso nos dijo que como lo hubiéramos fallado ni Toño ni yo habríamos vuelto a jugar".
Pese a lo inaudito de la situación, el árbitro del partido, el avilesino Fuentes Jiménez, no dudó en dar por válido el gol. No lo tenía tan claro el portero del Mosconia, Juan Ramón, que al día siguiente declaró a LA NUEVA ESPAÑA: "Ya en el campo le había protestado al árbitro y ahora, cuantas más vueltas le doy a la jugada, más dudas me entran. En mi opinión, Velázquez entró en el área antes de que Fermín tocase el balón, con lo que la acción debió ser invalidada".
Fermín no se atreve a asegurar la legalidad de la acción, ya que en ningún momento miró a su compañero para evitar dar pistas a los rivales. Velázquez no atendió la petición de nuestro periódico y declinó hacer declaraciones sobre la jugada. Lo que sí se le quedó grabado a Fermín fue la reacción del público del Luis Miranda: "Por primera vez no se aplaudió la transformación de un penalti. Lo único que se oyó en los cinco minutos siguientes fue el murmullo de la gente".
Aquel penalti indirecto tuvo repercusión fuera de Asturias y los dos jugadores fueron entrevistados por periódicos y emisoras de radio nacionales. No fueron protagonistas en las televisiones precisamente por la peculiaridad de la jugada: "Había alguien grabando en vídeo, pero estaban tan centrados en mí que sólo se ve la portería y el balón entrando". Por supuesto, no lo volvieron a intentar. "Para que salga bien es muy importante el factor sorpresa. Corres muchos riesgos y si sale mal haces un ridículo tremendo", admite Fermín.
El director técnico del Comité Técnico de Árbitros de la Federación Española, el asturiano Manuel Díaz Vega considera que, desde el punto de vista arbitral, un penalti ejecutado así no tiene mayor importancia porque "el reglamento especifica que todo libre directo se puede lanzar como un libre indirecto". La única diferencia, según Díaz Vega, es "el protocolo que se aplica a los penalties", en referencia a la prohibición de que el portero se adelante de la línea de meta o que los jugadores entren en el área antes de que el lanzador toque el balón. Asegura que, por las imágenes que ha visto, no puede asegurar si Luis Suárez había invadido el área antes del toque de Messi.
