El entrenador del Barcelona, Luis Enrique, aseguró ayer que, a pesar de la ventaja de seis y siete puntos, respectivamente, sobre el Atlético de Madrid y el Madrid, sus jugadores son "cautos" y creen que la Liga no está ganada.

El entrenador azulgrana ha negado que se respire euforia dentro del vestuario azulgrana, que, en su opinión, tiene "objetivos claros, muy bien enfocados".

"Si yo viera euforia o algo descontrolado en el día a día del vestuario, estaría preocupado. Pero veo a un equipo con los objetivos muy claros, muy bien enfocados y que sabe que todo está por conseguir. La dificultad está en conseguirlo al final de temporada", señaló.

En este aspecto, se mostró convencido de que el Atlético de Madrid y el Madrid competirán hasta el final para discutirles el título.

"No pensamos que sea una Liga cerrada, está muy abierta, seguro. La vamos a competir los tres de arriba, seguro. Hasta que alguien sea matemáticamente campeón, nadie se dará por vencido", pronostica.

El preparador azulgrana hizo estas declaraciones en la rueda de prensa previa al encuentro liguero que el Barcelona disputará hoy (16.00 horas) ante la Unión Deportiva Las Palmas.

Luis Enrique ha descartado para este partido a Piqué, por rotación, mientras recupera a Sergi Roberto y Jordi Alba, ausentes en Gijón, y es baja por sanción Busquets.