Más allá de la oportunidad, ese concepto tan subjetivo, lo que cuenta en la rajada de Rafa Benítez contra Florentino Pérez es la credibilidad. No es tan importante la forma (el momento, la motivación) como el fondo. Y, por las pistas que había dejado en sus años de presidente, reforzadas ahora por el testimonio directo de Benítez, parece evidente cuál es la forma de actuar de Florentino Pérez. Se hacía el ofendido cada vez que alguien le insinuaba sus presiones para alinear a este o aquel jugador, sacaba a pasear su perfil más victimista para denunciar una conspiración universal, y no tenía empacho en mentir una y otra vez ante cámaras y micrófonos. Quedó por última vez en evidencia apenas tres semanas después de proclamar que Benítez no era el problema del Madrid, sino la solución. Así que, en todo caso, Benítez se ha limitado a pagar a su expresidente con su misma moneda. Florentino presume de macroeconomía y Rafa le replica con unos números de andar por casa, pero que entiende cualquier aficionado: el Barça dobla al Madrid en títulos con él al mando.
