Para Alberto Garrote (Oviedo, 1970) llegó el momento de apurar su última Copa del Rey de hockey sobre patines. Por iniciativa propia, el árbitro asturiano dejará la competición de elite para dedicar más tiempo a su nueva pasión, las pruebas deportivas de larga distancia, y matar el gusanillo con partidos de base. Garrote pitará hoy uno de los partidos de cuartos de final entre el Liceo, con el asturiano Toni Pérez, y el Voltregá.

La casualidad ha querido que la despedida de Alberto Garrote de la Copa sea en el mismo escenario de su debut, Reus, en 2005. Sabe que a final de temporada, cuaando acabe la O. K. Liga y los torneos internacionales, sentirá un vacío, pero lo tiene claro: "Los ciclos se acaban. Han sido más de quince años viajando todos los fines de semana. Ahora estoy muy centrado en preparar y participar en triatlones y medias maratones. Seguiré pitando partidos de categorías inferiores en Asturias".

Alberto Garrote se toma su décima designación para la Copa "como un premio", con recuerdo especial para esa primera vez en Reus y, por supuesto, para la disputada en Oviedo en 2013, en la que tuvo la oportunidad de pitar la final, entre el Reus y el Vendrell, formando pareja con el valenciano Melero. En el viaje a Cataluña estuvo acompañado por otro árbitro asturiano, Miguel Díaz, que completa la nómina del Principado en la máxima categoría junto a Ignacio Garmedia y Jonathan Sánchez.

Tras la Copa, a Garrote le quedarán las designaciones para las competiciones internacionales y las trece jornadas que quedan de la O. K. Liga. "Espero que mi último partido sea una cancha especial, como la de La Coruña o el Palaublaugrana". Precisamente en el pabellón azulgrana protagonizó recientemente una dolorosa anécdota: "Había caído varias veces desde la valla, pero el problema es que las del Palau están muy altas porque se anclan en un foso. Me pegué un buen trastazo y tuve que ir al hospital, pero quedó en nada".

Al margen de este tipo de incidentes, el paso de Alberto Garrote por el arbitraje es plenamente satisfactorio: "Afortunadamente, en el hockey no suele haber problemas. Lógicamente hubo partidos con mucha presión, pero sin más". A partir de ahora, al margen de arbitrar a los jóvenes, quiere ayudar a renovar el colectivo: "Estamos haciendo un buen trabajo con chavales para que hagan los cursos de arbitraje. Nos interesan sobre todo los que juegan porque saben aplicar mejor las reglas".

El de Alberto Garrote no es el típico caso de jugador frustrado que acaba en el arbitraje, aunque sus inicios fueron por ahí en una familia eminentemente hockística: "Me formé en la cantera de los Dominicos y jugué hasta los 25 años. También tuve una corta experiencia como entrenador, pero donde verdaderamente me he enconttrado a gusto es en el arbitraje". Los hermanos Garrote (Javi, Benchi, Jose, Nacho y Alberto) llegaron a formar un equipo de hockey.

La saga continúa. "Tengo un sobrino, Javi, jugando en el Mieres. Y Alba, hija de mi hermano Javi, con 15 años apunta muy alto", destaca Alberto, que cuando acabe la temporada dedicará más tiempo al deporte: "Siempre me gustó correr y, como también se me da bien nadar, ya he participado en varios triatlones. Tengo que aprovechar ahora que dispongo de tiempo para entrenar y que me encuentro bien físicamente".