Competir por competir es tontería. Y si las cosas no empiezan bien en el tercer cuarto es más práctico dejarse ir suavemente que intentar reaccionar y luchar por dar una buena imagen en una de las canchas más ilustres de la categoría. Una pista en la que el equipo ovetense había ganado en sus dos anteriores visitas en la liga regular.

Pensaron que no pasaba nada. Excusas hay de sobra: el Palencia es el líder destacado, tiene una gran plantilla, quizás la mejor de la categoría, y los ovetenses ya han cumplido el objetivo del club, la permanencia, y están a una victoria del récord del equipo en la categoría. Además, con un pequeño esfuerzo lograrán clasificarse para los play-off de ascenso. Vamos que pelear el partido de ayer era un esfuerzo inútil.

Es la única explicación que se puede ofrecer a lo que mostró el Unión Financiera en el tercer cuarto que perpetró en el polideportivo Marta Domínguez. Fueron el mejor invitado que un equipo que está a un paso del título puede desear. La mejor solución posible para la pequeña crisis que atravesaba el equipo palentino (dos derrotas en los tres últimos partidos).

Tras una primera parte disputada, en la que el Unión Financiera había tenido momentos de cierta brillantez, creciendo en defensa conforme pasaban los minutos, un pequeño arreón del Palencia fue suficiente para que al equipo ovetense le dejara de apetecer realizar tamaño esfuerzo. Los de Sergio García empezaron a presionar con eficacia las líneas de pase y el equipo de Carles Marco lo sufrió y se sucedieron las pérdidas de balón. Llegó el bloqueo ofensivo y a partir de ahí se empezaron también a conceder canastas fáciles al rival. Y este equipo cuando decide meterse en el barro lo hace hasta el fondo. Un parcial de 31-9 no responde a la diferencia de nivel entre un equipo y otro si no al interés que cada uno de los contendientes puso en la faena que estaba realizando. Un equipo puede tener un mal momento, pero debe ser capaz o al menos intentar una reacción que les permita dejar en buen lugar a la institución que está representando.

Carles Marco, visto el desastre, apostó por darle minutos a jugadores menos habituales. Así, dejó sobre la pista demasiado tiempo a un Javi Marín falto de confianza. No parece que los minutos de ayer le vayan a servir al zaragozano para crecer mucho de cara a los próximos partidos. En cualquier caso, Marín estuvo lejos de ser el culpable de nada de lo que sucedió en Palencia.

El Unión Financiera está a una de superar el récord de 14 victorias del club en la LEB Oro. Fue en la temporada 2013-14. Un equipo al que harían bien en mirar los actuales componentes de la plantilla. Ellos perdieron por 40 puntos (87-47) en la misma pista que ayer lo hicieron ellos. Pero fueron derrotas diferentes. El Unión Financiera llegaba a las semifinales del play-off de ascenso con la enfermería llena, con un Van Wijk que apenas pudo saltar a la cancha por un terrible dolor de espalda. Cayeron estrepitosamente, pero lo hicieron dando todo lo que tenían.