El Barcelona buscará en Éibar seguir aumentando su racha como invicto, que ya alcanza los 35 encuentros, en un partido en el que Luis Enrique no podrá contar con el sancionado Neymar, pero sí con un Leo Messi en un estado de forma espectacular. Desde que ha empezado el año, el rosarino ha marcado 20 goles que han propulsado a un conjunto azulgrana dispuesto a batir todos los récords.

El técnico asturiano está pendiente de la evolución física de Ivan Rakitic, con una fuerte contusión en el pie, y de Sergio Busquets que tiene una sobrecarga en el pubis. Si no pudieran jugar, el turco Arda Turan podría tener opciones en la medular y Sergi Roberto en como mediocentro.

Otra de las cuestiones por decidir es quien sustituirá a Neymar, sancionado por acumulación de cartulinas amarillas. Todo apunta a que será Munir quien esté junto a Luis Suárez y Leo Messi, pero también Arda puede tener su oportunidad si finalmente Rakitic está disponible.

Si el Barcelona no pierde, enlazaría 36 partidos como invicto e igualaría una marca a nivel continental en poder del mítico Milán de Fabio Capello (1992-93). El siguiente reto serían los 38 partidos sin perder -aunque sólo contando la Liga- de la Real Sociedad, una serie que se produjo entre 1978-79 (6 partidos) y la siguiente (32 partidos).

Sólo contando los partidos de Liga el récord continental está en los 49 encuentros que el Arsenal de Wenger estuvo sin perder: dos en la campaña 2002-03; los 38 de la 2003-04 y 9 en la 2004-05.

El Barça tendrá enfrente a un Eibar al que se le está haciendo cuesta arriba la segunda vuelta. Lleva tres derrotas seguidas y sólo ha sumado 3 puntos en las siete últimas jornadas, aunque mantiene un notable colchón de 10 puntos respecto al descenso.

El entrenador local, José Luis Mendilibar, tiene para este choque las importantes bajas del sancionado Lillo y de los lesionados Keko Gontán, Jota Peleteiro, Borja Ekiza, y Jaime Jiménez. Mendilibar se debate entre mantener el esquema del último partido ante el Sevilla, cuando prescindió de los extremos para reforzar el centro del campo, o recuperar el juego por las bandas dando entrada al asturiano Saúl Berjón y al japonés Inui.