El Lealtad jugará por primera vez en Cáceres (12.00 horas en el Príncipe Felipe), en un partido entre dos equipos con objetivos muy diferentes. El equipo de Rozada, que no podrá sentarse en el banquillo al estar sancionado, está completando una gran temporada. Los resultados le han servido para olvidarse del objetivo de la permanencia desde hace semanas. El equipo solo mira hacia arriba, con el play-off de ascenso a 9 puntos. Parece una distancia considerable, pero los de Villaviciosa, en la mejor temporada de su historia, no quieren renunciar a nada a estas alturas.

Muy diferente es la situación del Cacereño, que apura sus opciones de salvación. El conjunto extremeño es 18.º en la tabla a 3 puntos de la promoción de descenso y a cinco de la salvación. Por eso, el encuentro cobra una importancia trascendental para el conjunto local y se espera que el estadio presente una buena entrada: ha lanzado durante toda la semana una campaña para que los aficionados de Cáceres acudan al partido.

La novedad en los de Rozada es Mendi que regresa a la convocatoria después de tres semanas de ausencia por lesión. La ausencia más notable es la de Pablo Espina, sancionado, que se perderá el primer partido de la temporada.

Si para el Lealtad el final de campaña se presenta con ilusión, para el otro asturiano en la categoría, el Sporting B, el último tramo es la oportunidad de remendar los errores cometidos hasta la fecha. El filial sportinguista recibe al Logroñés (12.00 horas en Mareo) en busca de tres puntos fundamentales para la permanencia.

Los de Tomás Hervás ocupan el puesto 17.º en la tabla y tienen el play-off de descenso a un punto y la salvación directa a tres. El Logroñés es segundo, a siete puntos del líder.