Sin excesivos alardes, pero sí con un juego efectivo para combatir el encharcado estado del campo de Covadonga, el Marino de Luanco se impuso con comodidad al TSK Roces, que seguirá una semana más como colista.

Tras una primera mitad nivelada, en la que los gijoneses veían como sus ataques morían en las cercanías del área de Davo, el Marino llevó el peligro a balón parado por mediación de Samuel.

El meta Nahuel salvó a los suyos, aunque nada pudo hacer en la segunda mitad. El Marino aprovechó las internadas de Dani López por la izquierda para hacer daño. Un centro del centrocampista acabó con el control de Riki en el área, donde se giró y marcó de tiro raso.

La técnica y calidad del Marino marcaron la diferencia ante un Roces que sólo se aproximó sobre la meta de Davo con un disparo desviado de Paramio. Los luanquinos pudieron llevarse un triunfo más holgado, pero las intervenciones del meta Nahuel evitaron más tantos visitantes.