La última costumbre adoptada por el equipo de guionistas de "Al Palo" es no hablar del partido reciente, del último, aunque del jugado ayer habría mucho que hablar hoy; pero no. Queda aparcado. Tocaría el de Las Palmas, que fue el anterior; pero tampoco está la cosa para hacer meditaciones con este encuentro. Salvo decir que se mostraron todas "las calvas" tácticas, técnicas y de pelea que tiene al equipo. No da para más. Analistas, auténticos "cardenales" hay de la táctica y "dibujos" jeroglíficos del "pizarreo", para desvelar tales secretos.
Así pues a la gente que anda metida en la cultura merengue no le queda otra que volver (seguir) agarrado a la última bala, que es la Liga de Campeones. De hecho lleva el equipo con esta bala desde hace unos cuatro meses, cuando ya se veía que el "proyecto" 2015/2016 no iba para adelante ni para atrás. Se torció con la salida de Carlo y las entradas posteriores. Es decir, de nada sirvió (como en el metro) eso tan amable de "dejen salir antes de entrar".
Entre estas inestabilidades de orden constitucional del club (a cada nada se zampan algún principio básico fijado en algún artículo de la Carta Magna de Concha Espina) y el escaso poder que tiene en las instituciones futboleras, queda pues, se insiste, la bala de la Liga de Campeones. Y, claro, para ello se necesita estabilidad absoluta en el vestidor (Arturo Elías dixit). Acertada palabra. Porque si los que mandan en el vestidor no dejan que el resto se vista como es debido (o, dicho en modo anticuado, se vista por los pies), nada va a funcionar. O se corre, se rebajan egos y, de cuando en cuando alguien que no sea Ronaldo resuelve un partido atascado, o de nada va a servir lo que diga el entrenador de turno. Manda el vestuario en todos los sitios y en el Madrid más (a excepción del equipo guay que es asambleario como todo el mundo sabe). Dicho lo cual no queda otra que borrar parte de lo anterior. De nada valen tácticas, de nada valen consejos, de nada valen psicólogos?, si los chicos del vestuario / vestidor no se ponen las pilas. Eso sí, el Madrid tiene capacidad para salir en Europa no sólo con pilas sino con una batería bien potente. Es su competición.
