No puedo creerlo. Así de claro. Hace un mes hablé con él y me transmitió tranquilidad.

-¿Hay tiempo?, le pregunté.

-"Estoy a tiempo", me respondió.

De ahí mi confianza, mi seguridad en que esta batalla del cáncer iba a rendirse a sus pies. Además, amigos comunes me contaban que la quimio estaba funcionando bien. Pero...

Hoy he recibido un palo muy duro. Se ha ido mi amigo, un referente, una leyenda, pero sobre todo, mi amigo. Siempre me demostró que lo era. Desde el primer día en el vestuario del Barça, Johan se erigió no solo como líder, sino como gran compañero. Con él llegó la esencia del juego que hoy encandila, él fue quien cambió el fútbol que hoy hace disfrutar a tanta gente.

Se nos ha ido una leyenda, se me ha ido un gran amigo, se ha ido el mejor: Johan Cruyff.