La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una patada al fútbol

Aarón, del Llanera, agredió brutalmente en la cabeza a Xenxo, del Navarro, cuando estaba tendido en el suelo

Aarón, del Llanera, en el instante previo a propinarle la patada en la cabeza al azulgrana Xenxo. ANDREA SUÁREZ

Lo que comenzó siendo una fiesta terminó como el rosario de la Aurora. El Pepe Quimarán acogió el pasado domingo el encuentro estrella del fin de semana en la Regional Preferente. La U. D. Llanera, segundo clasificado, recibía al líder, el Navarro, que sólo le aventajaba en un punto. Por eso, el partido fue tenso y disputado, pero siempre con una deportividad intachable por parte de ambos conjuntos. Pero todo este espectáculo futbolístico, con cinco goles incluidos (3-2), se estropeó en el minuto 93.

Faltaban segundos para que el encuentro finalizase. El Navarro tenía a su favor un saque de banda peligroso -debido a las reducidas dimensiones del Pepe Quimarán- y todos sus jugadores se sumaban al ataque en busca del gol del empate, mientras un jugador local estaba en el suelo por una lesión. En ese momento Xenxo, delantero azulgrana que había entrado al campo minutos antes, trató de levantar a su rival, ya que entendía que el jugador del Llanera trataba de perder tiempo. Y en este preciso instante se encendió la mecha y se fueron al traste los otros 92 minutos de fútbol y deportividad.

Un jugador del Llanera, presuntamente Aarón, agarró bruscamente a Xenxo, a lo que éste respondió con un golpe. Tras esto, el atacante avilesino fue derribado, momento en el que Aarón, en una acción totalmente desmedida, aprovechó para propinar una violenta patada en la cabeza al jugador azulgrana, que estaba tendido en el suelo.

Y aquí estalló la guerra. Jugadores de ambos equipos se liaron a tortas dentro del área, en una tangana en la que participaron los futbolistas que estaban sobre el césped, alguno de los banquillos y también, desafortunadamente, parte de los aficionados que se encontraban presenciando el encuentro decidió unirse a tan esperpéntico espectáculo.

Tras un par de minutos de descontrol, la paz volvió a reinar sobre el terreno de juego. Ambas plantillas se disculparon mutuamente y se dieron la mano con total deportividad, la misma que había imperado a lo largo del encuentro y todos se fueron a las duchas. En primer lugar entraron a la caseta los jugadores locales, mientras que los azulgranas mantuvieron una charla con su entrenador, Héctor Suárez, sobre el terreno de juego, para luego retirarse con normalidad y sin ningún tipo de incidente al vestuario.

"Gracias a Dios no pasó nada, porque hoy podríamos estar hablando de una desgracia", explicó Juan Carlos García, presidente del Navarro, sobre la brutal agresión recibida por su jugador, Xenxo. "Afortunadamente estuvo rápido de reflejos y pudo cubrirse un poco antes del impacto", agregó el directivo azulgrana, que reconoció "no estar contento" por verse inmerso "en este tipo de situaciones".

Afortunadamente, Xenxo, el jugador del Navarro que recibió el fuerte impacto, no sufrió ningún tipo de lesión y no precisó de asistencia médica.

Compartir el artículo

stats