Que sus cenizas sean esparcidas en algún lugar de Gijón. Es lo que quiere la familia de Ed Johnson, de ahí que su intención sea desplazarse a la ciudad en cuanto sea posible para que se cumpla el deseo de Ed de reposar para siempre en la ciudad que le acogió, en la que vivió durante 27 años, y en la que se casó y tuvo a sus dos hijas.

"Se ha muerto una de las personas más buenas que han pasado nunca por Gijón". Es esta una de las afirmaciones que más se escuchan de quienes son preguntados por la figura de Ed Johnson, fallecido el pasado lunes en la localidad de Norcross, cerca de Atlanta, a los 71 años de edad. Llevaba ingresado en un hospital desde el pasado 22 de marzo, debido a problemas intestinales de los que fue operado con éxito, pero al poco tiempo sufrió una neumonía que derivó en una parada cerebral que le causó la muerte el pasado día 5.

La noticia de su fallecimiento conmocionó al baloncesto asturiano y tuvo una amplia repercusión en el nacional. Las páginas web de los clubes Joventut y Manresa, en los que jugó en la década de los 70 y principios de los 80, recogieron la noticia y expresaron sus condolencias a la familia. También lo hicieron la ACB y la Federación Asturiana de Baloncesto así como la Fundación Gijón Baloncesto, a la que Ed Johnson dedicó los últimos años de su estancia en Gijón cuando ya sus maltrechas rodillas no le dejaron seguir entrenando. "Lamentamos comunicar el fallecimiento de nuestro anterior Director Deportivo, Ed Johnson. Nuestro más sincero pésame a su mujer Isabel, a sus hijas Addie y Allison, así como a su familia asturiana (Keka, Óscar y Ángel). Un fuerte abrazo para todos ellos". escribieron en su página web.

También lo hicieron las personas que trabajaron junto a él en el Gijón Baloncesto. Entrenadores como Moncho Fernández, actual técnico del Rio Natura Mombus, que se acordó de alguna de sus genialidades "Creo que por encima de todo, lo que destacaría de Ed es su calidad humana y su positivismo. Siempre optimista, entendía que las cosas solo podían ir a mejor y siempre relativizaba lo malo. Tenía un gran sentido del humor y como el decía: 'Camorriñas, tú nunca has tomado unos culines con un paisanu negru de más de dos metros'. El próximo que tome, brindaré por ti Ed. DEP", escribió el técnico gallego.

Especialmente apenado se mostró también el base internacional Tomás Jofresa quien hizo con Ed una gran amistad tras su paso por las filas del Gijón Baloncesto, e incluso colgó una simpática foto de ambos en la cancha del palacio de los deportes. Tomás recuerda que "fue compañero de mi padre en el Manresa, luego lo tuve de entrenador en el Gijón. Enorme jugador y persona. Era el ejemplo de la sonrisa, el positivismo y la humildad".

Incluso referentes de otros deportes, como el entrenador de balonmano Alberto Suárez, quisieron transmitir su pesar: "tuve la gran suerte de convivir mucho tiempo con Ed en el palacio de los deportes; sin ser asturianu era un gran paisanu". El club del que su cuñado, Oscar Moro, es entrenador, el Gijonbasket 2015, tiene pensado realizar algún acto de homenaje "lo iremos viendo, tal vez coincidiendo con la final a cuatro".

Del buen recuerdo que dejó Ed Johnson en Gijón es claro ejemplo el que ya hay registrado en el Ayuntamiento la petición de darle su nombre a una calle, para lo que se están recogiendo firmas a través de la plataforma Change.org. Johnson se integró totalmente en la vida de Gijón hasta el punto de que participó activamente en festejos como el Carnaval e incluso fue el Baltasar más alto de la historia de las cabalgatas gijonesas.

Sus hijas Allison y Addie están recibiendo cientos de mensajes de condolencia y en todos ellos coinciden en destacar las cualidades humanas de Ed, su permanente sonrisa y su filosofía positiva de la vida. Ed se fue sabiendo que sus dos hijas habían encarrilado su vida en Estados Unidos, motivo principal de su retorno tras 27 años en Gijón. Allison es una de las jugadoras más destacadas de la Universidad de Kennesaw. En su primera temporada ha sido elegida para formar parte del quinteto ideal de jugadores de primer año de su conferencia.

Por su parte Addie, la mayor, en la actualidad es manager en una empresa con un buen número de personas a su cargo. Si Allison pasa su tiempo en la universidad Addie sigue en el domicilio familiar junto a su madre, Isabel Argüelles.