El Unión Financiera realizó quizá su mejor partido de la temporada y lo hizo en el mejor momento. Era el último de la liga regular en Pumarín y difícilmente podían haber dado un mejor espectáculo para advertir a la afición de que aún queda mucha tela por cortar esta temporada en los play-off por el ascenso. Los de Carles Marco presentaron credenciales de equipo grande. Y lo hicieron ante un rival que también cuajó un auténtico partidazo. Doblegar al Burgos (es la primera vez que lo consiguen) que saltó ayer a la abarrotada pista de Pumarín es toda una hazaña. La llevó a cabo un equipo con alma, con hambre y con ganas de demostrar que son capaces de cualquier cosa.

Lo hicieron de la forma más entretenida posible, jugando rápido y echándole coraje en defensa ante las torres de Burgos. Andrés Miso comenzó el partido a lo torero. El madrileño puso 6-0 el partido en un abrir y cerrar de ojos. Tenía ganas de fiesta el escolta. Y tras la primera canasta de Burgos anotó el tercer triple seguido (9-2) para levantar a una grada que ayer estuvo metida desde el primer instante.

Un inicio que ya hacía prever el espectáculo que finalmente fue. Enseguida Burgos se puso firme y dejó claro que en absoluto iba a permitir una fiesta local. Son el tercer clasificado de la LEB Oro (ahora empatados a 17 victorias con los ovetenses) por algo. Un clásico de la categoría por mucho que se hayan cambiado el nombre. A falta de 1.55 para acabar el primer cuarto los burgaleses lograron su primera ventaja (17-19) en el marcador. Una agresiva defensa y un potente juego interior fueron sus mejores armas. Pero ayer era un día para la épica y el primer cuarto acabó con un triple sobre la bocina de Windler para devolver la ventaja local (22-21).

El segundo fue quizá el mejor cuarto de los ovetenses, sobre todo en defensa. Un Unión Financiera en el que ayer todos colaboraron y aportaron su granito de arena. Desde Fernández Noval, pasando por Agustín Prieto y acabando en un Javi Marín que salió de inicio, quizás para que vaya cogiendo más confianza o quizás para sorprender al rival. Y sorprendieron los ovetenses al Burgos con esa intensidad y garra del segundo cuarto. A falta de 3.12 para el descanso ganaban por diez puntos (38-28). Pero una vez más Burgos se puso serio y esta vez fue Edu Martínez el que logró un triple sobre la bocina a favor de Burgos para irse a los vestuarios con un marcador apretado (42-39).

Y así siguió el partido, con diferencias mínimas, con mucha emoción, con mucha defensa, con mucho acierto, con mucho espectáculo. El baloncesto vivió ayer en Pumarín una auténtica fiesta entre dos equipos que dignificaron la liga en la que compiten. Y como si fuera inevitable en este partido el tercer cuarto también se cerró con un triple sobre la bocina. Lo anotó el inagotable Zaid Heast para poner por delante a los locales (61-60).

Con un solo punto de diferencia comenzaba el último cuarto. El definitivo. Y allí el Burgos tiró de fondo de armario. Del fantástico Anton Maresch, del talentoso Rafa Huertas, de un jugadorazo como Javi Vega y del siempre oportuno Fornas. Y parecía que se llevaban el gato al agua. A falta de 4.38 ganaban por tres (66-69). Y ahí apareció Trist para demostrar que también debajo del aro el Unión Financiera tiene mucho que decir. Una canasta suya más tiro libre puso a los ovetenses uno arriba (72-71) a 1.37 del final. Pero a 36 segundos les devolvió la moneda Rafa Huertas (75-76). Aún faltaba el de Sevilla. Triple de Víctor Pérez a 24 segundos del final para reventar un polideportivo que explotó de alegría en un grandísimo espectáculo.