La jornada europea, que sólo provocó el seísmo de la caída de un Barcelona que ha entrado en crisis, se va a cerrar hoy por la mañana con el sorteo de las semifinales, tras el cual seguro que no aparecen las historietas de las bolas calientes o frías porque los cuatro equipos que entran en el bombo no quieren ver a ninguno de los otros tres, algo, por lo demás, imposible. A estas alturas de la película europea ya se sabe que no hay facilidades que valgan ni equipo "maría", como fueron calificados los alemanes que cayeron con el Real Madrid y los portugueses que cayeron con Pep Chanel Guardiola, que no se privó de recordar a Cristiano Ronaldo en la rueda de prensa de Lisboa. El Benfica sigue sumido en la maldición de Bela Guttman.
Claro que los sorteos europeos, sí, sorteos porque existe también la Europa Ligue, que va detrás, afectan en muy poco al mundo rojiblanco, que espera con ansia a la tarde de mañana en el Estadio Gran Canaria, inaugurado en tiempos en los que el ministro José Manuel Soria era alcalde de Las Palmas de Gran Canaria. Allí se va a jugar el Sporting una buena porción de sus posibilidades de conseguir la permanencia, el sueño alcanzable desde el ya lejano inicio de la Liga contra el Real Madrid en el Anfield del Piles, con empate a cero, como recuerda todo hijo de vecino.
El sueño coincide con informes que elaboran viajeros llegados a la ciudad procedentes de la Escuela de Fútbol de Mareo, que hablan de las preocupaciones menudas de los profesionales rojiblancos que han de sacar las castañas del fuego. Que si esta foto no que estamos en acto privado, que si estas declaraciones no que estamos fuera de cupo, que si pongo esta cara o aquella. Pero preocupaciones por asuntos mollares, muy pocas. Dicen los mismos viajeros que hay pocos liderazgos y los pocos que hay son tóxicos. Mal asunto, damas y caballeros, en momentos tan cruciales para el futuro inmediato del club, que se juega muchos garbanzos dependiendo en qué categoría va a jugar la temporada que viene.
Las cosas son como son y no como quisiéramos que fueran. Que se lo digan, por poner un ejemplo, a Gerad Piqué, al que hasta media tarde de ayer estaban acribillando porque no había comparecido en las redes sociales a las que tan asiduo es cuando las cosas le van bien. Claro que las bromas salen mejor tras las victorias que tras las derrotas, porque no se pueden hacer bromas después de haber caído en la Liga de Campeones, que mantiene su rito de que no haya equipo capaz de ganar el trofeo dos años seguidos.
Este fin de semana que llega hay que estar atentos a los partidos que jueguen dos semifinalistas europeos: el Real Madrid, ante el Getafe de Esnáider, y el Atlético de Madrid, ante el Granada. Dos resultados de enorme importancia para el Sporting, que vuela a la Macaronesia. En trances como los actuales no hay que perder el buen humor y las buenas costumbres; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿quién tuvo la idea de felicitar el cumpleaños a Luis Hernández en inglés en la cuenta del Sporting? Nadie en el club se ha atrevido a calificar como feliz la idea. Ayer mismo los periódicos daban cuenta de la marcha del central a la Liga inglesa. Pues eso.
