El Unión Financiera firmó ayer un partidazo para poner el broche de oro que merece una temporada para enmarcar. Aún queda un delicioso postre. Un play-off de ascenso a la ACB en el que el equipo ovetense comparecerá en cuarta posición, como uno de los grandes de la LEB Oro, con el factor cancha a favor que les garantiza al menos dos partidos en Pumarín (viernes 22 y domingo 24). El rival será el Peñas Huesca. Una gozada para todos los aficionados asturianos que harían bien en agradecer el trabajo de un club capaz de hacer muchísimo con casi nada. Y de hacerlo, además, muchas veces.
El partido de anoche invita además a ser optimistas ante el futuro de este equipo en el play-off. La evolución del Unión Financiera es también la de un Carles Marco que es mejor entrenador cada partido que pasa. El catalán daba ayer otra demostración de su buen hacer tras un primer cuarto loco, jugado al ritmo que le interesaba al rival. Los ovetenses corrigieron defectos en el segundo y endosaron un parcial de 0-10 al Castelló que cambió por completo el escenario en el que se estaba jugando hasta entonces.
Es cierto que el cuadro local, que se estaba jugando en casa y ante su público la clasificación para el play-off, presentó batalla prácticamente hasta el final. Y también que el Unión Financiera supo poner calma a ese torrente emocional al que se encaminaba el partido para llevarlo por donde a ellos les interesaba. Supo buscar a un providencial Trist debajo del aro y darle el balón en los momentos calientes a jugadores fiables como Víctor Pérez y Miso. Todo ello es más fácil si en tú equipo juega Ferrán Bassas.
El catalán ha firmado otra temporada de ensueño en esa progresión infita que sigue desde que llegó al Unión Financiera en la primera temporada de los ovetenses en la LEB Oro. De darle descanso a Cárdenas ha pasado a ser una referencia en la categoría. El máximo asistente de la temporada. Y si el equipo ha llegado tan alto una parte importante de culpa la tiene el gran nivel al que ha brillado este joven de 23 años.
Pero en el último cuarto, con el partido empatado, es también muy importante tener en tus filas a Víctor Pérez. Porque es más fiable cuanta más importancia tiene un triple, porque es inteligente y porque siente los colores de un club con el que ya subió de Plata a Oro y en el que se ha convertido en todo un ídolo.
Una plantilla completa la que esta temporada ha creado el impagable director deportivo del club, Héctor Galán. Hearst poniendo energía, Miso anotando el triple que empataba el partido a 77 a 2.11 del final, Cabanas aportando en defensa, Windler, el último en llegar, sembrando el pánico desde la línea de tres, Van Wijk partiéndose la cara por cada balón, Diego Sánchez aprovechando sus minutos para aportar dos puntos de enorme clase, Fernández Noval y Javi Marín tratando de crecer en cada minuto y el capitán, Agustín Prieto, ayer en el banquillo, como referente de un equipo empeñado en lograr casi siempre lo imposible.
