La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Madrid se siente fuerte

El equipo blanco se impone de principio a fin a un discreto Villarreal, con goles de Benzema, Lucas Vázquez y Modric

Quizá porque no llegaban buenas noticias de Riazor y San Mamés, el Madrid refrenó su espíritu volcánico para cocinar a fuego lento al Villarreal. Fue un equipo más constante de lo habitual, por lo menos hasta que Benzema abrió la lata al borde del descanso. Aprovechó la primera clara y, casi a continuación, Keylor Navas puso su habitual granito de arena para salvar la única oportunidad digna de ese nombre del equipo de Marcelino. Ya advirtió el técnico asturiano en la víspera que el Villarreal no llegaba en buen momento y lo confirmó de cabo a rab. Ni rastro del equipo que está a punto de ganarse el derecho a participar en la Liga de Campeones. Presa fácil para un Madrid que sigue creyendo.

Zidane sabía que no era el mejor día para las rotaciones, así que salió con todo. O casi. Porque tuvo que tirar de Lucas Vázquez, un seguro de vida, por el lesionado Bale. Y volvió a darle una oportunidad a Danilo. Era, en cualquier caso, el Madrid de las grandes ocasiones, como correspondía con la categoría del rival. Al menos a priori. Porque a la hora de la verdad, el Villarreal no fue ni su sombra. Y falló precisamente en su seña de identidad, el manejo del balón, para lo que tenía cuatro centrocampistas de sobra acreditados. Pero, salvo Bruno, todos parecieron salir con las botas torcidas.

Desde el principio fue un Madrid intenso y convencido, con Casemiro marcando la línea y Modric y Kroos imponiendo su calidad para activar a los tres de arriba. Ese dominio no se tradujo en el caudal típico de ocasiones que se disfrutan en el Bernabéu porque si algo conservó el Villarreal fue la disciplina táctica. Hasta ahí sí llegó la mano de Marcelino. Así que las innumerables pérdidas, a veces como consecuencia de unos resbalones incomprensibles, no tenían más consecuencias por la firmeza de la línea defensiva.

Asenjo estuvo tan bien protegido que no pudo reivindicar su plena recuperación. El Madrid llegaba bien al área, pero siempre faltaba algo, o aparecía un último obstáculo. Hasta que en el minuto 40 Cristiano Ronaldo ganó la línea de fondo y metió un centro que Asenjo palmeó como pudo, convirtiéndolo en una asistencia a Benzema, al que le cayó el balón mansamente en la cabeza. Curiosamente, el 1-0 sirvió como revulsivo para el Villarreal, que por fin regaló al Bernabéu una jugada digna de su repertorio. El asturiano Adrián condujo una jugada por la banda derecha, hasta donde se dejó caer Denis Suárez, que en el vértice derecho del área enganchó un remate al que replicó Navas con un vuelo sin motor.

Seguro que Marcelino recibió a sus jugadores con esperanzas en el descanso. Si con tan escaso repertorio se iba con 1-0, a poco que recompusiera la figura el Villarreal tendría sus opciones. Pero pronto pudo comprobar que sus ilusiones eran en vano. Tan desangelado vio a su equipo que echó mano de dos jugadores poco habituales, Samu García y Leo Baptistao, para castigar la inoperancia de Dos Santos y Adrián. Nada cambió y el Madrid, con la seguridad de los últimos resultados, se dispuso a cerrar el trámite. Lo hizo gracias a Lucas Vázquez, que completó su notable desempeño con un gol pleno de explosividad y confianza. Fue un buen gol, pero el mejor estaba por llegar. Danilo corrió la banda como en su época en el Oporto y metió un centro al área que Modric convirtió en un lujo con un remate sobre la marcha.

Cristiano tuerce el gesto. La fiesta del Bernabéu tuvo un respingo final, cuando Cristiano Ronaldo se retiró al vestuario tocándose la parte posterior de su muslo derecho y con un rictus evidente de contrariedad. A la espera de las pruebas a que será sometido hoy, el estado del portugués es la gran preocupación ante la parte decisiva de la temporada.

Compartir el artículo

stats