Andrés Miso era ayer la viva imagen de lo que le ha ocurrido al Unión Financiera en los dos primeros partidos de los cuartos de final del play-off por el ascenso. Impotente, frustrado, incapaz de hacerse un hueco para tirar, superado por la juventud de un Peñas Huesca que afrontó el reto de jugar dos partidos en Pumarín como una oportunidad de demostrar de lo que son capaces.

Es verdad que el final pudo ser feliz en Pumarín. El último cuarto fue el de la épica y esta vez estuvo más cerca que nunca de llegar a buen puerto. Pero una vez más fue demasiado tarde y excesiva la renta que había que remontar. Y es que el Peñas Huesca se plantó en el último cuarto con una renta de 18 puntos (45-63) que no era otra cosa que una traducción exacta del dominio que habían tenido sobre la cancha los oscenses durante los tres primeros cuartos. Una superioridad similar a la que también tuvieron el viernes en el primer partido.

En el lado local hay que agradecer el esfuerzo a Ferrán Bassas. El catalán fue la gran víctima de la preparación que hizo Quim Costa para esta eliminatoria. La presión que ejercieron sobre él fue espectacular. Un derroche físico para castigar al único base puro del equipo ovetense y uno de sus jugadores más importantes. Bassas acabó el encuentro extenuado, pero se negó a entregar la cuchara y lideró al equipo hacia una remontada que no estuvo tan lejos. Un triple suyo redondeó el 5-0 con el que el Unión Financiera comenzó el último cuarto. Suficiente para meter al público. Las gradas fueron la vitamina que necesitaba el equipo para creer en la remontada y su empuje también provocó que al Peñas Huesca le costara más anotar.

Entre Zaid Hearst y Bassas se echaron el equipo a las espaldas. Junto a ellos estuvieron un gran Windler y un Cabanas que ayer dio algo más de lo que quitó. Aunque acciones como la falta en ataque que hizo en el tercer cuarto sobran en un jugador con su experiencia y sus tablas. Aún así, el gallego dio la cara y trató de zafarse entre los interiores de Huesca. En cambio, Dan Trist fue totalmente superado.

El momento en el que todo pudo cambiar en esta eliminatoria llegó a dos minutos del final. Windler encestó un triple que ponía al Unión Financiera a cuatro puntos (65-69). En la siguiente acción Pardina falla un triple, coge el rebote Bassas y se lanza a la contra espoleado por una grada enloquecida. Exhausto falla el pase que debía encontrar a un interior que dejara el partido en un pañuelo. Contestó el Huesca con una canasta que ponía la renta en seis puntos (65-71) a falta de un minuto por disputarse.

Lo intentó con un triple un Víctor Pérez que ayer tampoco tuvo su día. Desesperado no encontró en ningún momento una buena racha de lanzamientos y sumó una falta tras otra. Era casi la sentencia a un partido que pone la eliminatoria muy cuesta arriba para el conjunto ovetense.

Al Unión Financiera le queda hasta el viernes para recomponerse de estas duras derrotas y dar un golpe de mano ganando dos partidos en Huesca y empatando el cruce. Y es que la eliminatoria aún puede regresar a Pumarín. El mejor lugar para culminar una remontada.