"Lorenzo seguirá porque hacen falta huevos para ir a Ducati". Justo un mes después de la profecía de Valentino Rossi, Jorge Lorenzo anunciaba su cambio de equipo para las dos próximas temporadas. Y no parece que se haya decidido por una cuestión testicular, sino por algo mucho más importante para los campeones del motor: demostrar que pueden ganar sin tener a su disposición la mejor máquina. Con Ducati hay una amplia lista de nombres ilustres frustrados. Sólo Casey Stoner, en 2007, consiguió llevarse el título con la moto italiana, que frustró al mismísimo Rossi en sus dos intentos, en 2011 y 2012. A Lorenzo se le podrá acusar de muchas cosas, pero nunca de falta de carácter. Lo ha tenido para resistir la presión de un compañero de equipo, Rossi, que ha sido muchas veces su primer enemigo. Y cuando ha logrado un status que le permitía imponer sus reglas, o vivir con cierto relax, abandona su zona de confort para afrontar un reto mayúsculo. Con decisiones como la de Lorenzo, el mundial de motos promete emociones aún más fuertes.
Una semana de pasada