El Marino apura sus opciones de entrar en el play-off, que pasan por ganar el domingo (12.00 horas) al Ceares en Miramar. El equipo lleva dos meses jugando finales y esta es una más, pero ahora sólo quedan dos jornadas para concluir la Liga y no hay margen de error: los azulones (sextos) no dependen de sí mismos y necesitan que el Tuilla (cuarto) y el Colunga (quinto) al menos empaten uno de los dos partidos que les restan.

Las cuentas están claras y todo pasa porque los luanquinos no fallen en sus dos partidos, y el primero y único que preocupa al técnico, Blas García, es el Ceares. "Nosotros tenemos que hacer lo nuestro que es ganar nuestro partido, no entregarnos, y hacer nuestra tarea", señaló. La situación es complicada, pero Blas confía en los suyos. "El equipo sabe comportarse en estas circunstancias y no miramos más que nuestro partido. Lo que vaya a pasar en otros campos y como nos afecte ya se verá", insistió.

El triunfo, además de ser vital en lo deportivo, lo es también en lo emotivo porque la plantilla quiere dedicar la victoria a Avelino García, el utillero de los ocho últimos años que falleció el pasado lunes de una rápida enfermedad. "Ya lo habíamos hablado el domingo ante el Caudal y es una pena no haber podido dedicárselo, pero es otro aliciente más para intentar hacer las cosas bien el domingo y ganar", señaló Blas.

El equipo afronta el choque con buenas sensaciones después de la derrota por la mínima (1-0) ante el campeón Caudal en la pasada jornada, un resultado que puso punto y final a una racha de siete partidos sin encajar y sin perder y del que Blas García pudo sacar conclusiones positivas. "El equipo hizo el partido que entrenamos ante un rival muy poderoso en casa que llegaba con buenas sensaciones tras golear (5-0) al Condal", explicó.

El técnico marinista hace especial hincapié en el "impecable" trabajo defensivo. "En la primera parte sólo llegaron en una contra y el árbitro no vio un penalti claro a Dani López que pudo cambiar todo; y en la segunda, cuando intentábamos dar un paso adelante, llegó el gol suyo precedido de un fallo nuestro y de un fuera de juego previo de Súper". Y añadió: "Son cosas del fútbol, pero el equipo tiene casta, se entregó y lo intentó todo, hasta el punto de que sólo nos pudieron frenar con faltas y se quedaron con diez".

La derrota fue dura pero Blas afirma que el grupo la asimiló bien. "El vestuario es maduro. Sabíamos que en Mieres se puede dar cualquier resultado porque es el campeón con merecimiento y el equipo lo asimiló porque no merecimos encajar y el partido estaba más para el empate que para perder", concluyó.