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Al Palo

Jornada encogida

Tarde a la antigua. Partidos a las cinco de la tarde. Hora taurina de siempre, de té inglés y, eso, de fútbol. De fútbol con pulsaciones aceleradas. Tarde en las que los equipos bajan o se mantienen según en qué minuto del encuentro, y son campeones, o no (que aún queda un combate). Son tardes de fútbol, nervio y misterio. Tardes "encogidas" (por no decir acongojantes, o lo otro). La afición de cada cual, y según lo que se juegue cada uno, está con el corazón en un puño, por no decir con el puño en el corazón.

Pero bueno, el guionista número tres de "Al Palo" tiene obligación de vigilar y proteger al Madrid, que lo único que tiene que hacer es mantener el modo "contención/'pringao' " para conseguir algo con pedigrí esta temporada. Lo más asequible (no por fácil, sino por cercano y posible) es la Liga de Campeones porque, afortunadamente, los merengues no son nada favoritos. Y, si algo le sienta mal al club de la Castellana, es el aire a favor en las quinielas previas.

Sin embargo, era imposible mirar sólo a la Liga de Campeones en una tarde como la de ayer, de horario clásico, partidos clásicos, disgustos clásicos, alegrías inesperadas y, por tanto, penas traicioneras. El Madrid ya tuvo disgustos de tal magnitud a través de "las maniobras orquestales en la oscuridad" del equipo guay con aquellas ligas "palmadas" en Tenerife. Los guays manejan muy bien estos tiempos extras. Pero algo puede ocurrir aún.

Porque, efectivamente, ayer fue jornada intensa con soluciones varias. Pero aún quedan asuntos por resolver que pueden cambiar la historia de lo sucedido en aquel entonces en el estadio Heliodoro Rodríguez López. Queda el último viaje, el de la última jornada, mientras llega la final europea.

A partir de ahí, se acabó la fiesta y comenzará a dominar la escena la crónica rosa de verano, la canción del verano (si es que regresa), los festivales de verano, las playas... Aunque este año hay una novedad de verano, aburrida novedad: las elecciones. Con unos "capitanes" políticos de poco toque técnico, mala disposición táctica y nada de derroche físico. Seguramente es lo único que desentona en el tiempo sin fútbol. Ahora bien, puede ser un punto de discusión casi futbolero, que en esto de la política hay un forofismo similar, o peor. Veremos en qué acaba esa Liga (política) con equipos de medio pelo.

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