El joven Ibón (21 años) llegó el pasado verano al Avilés cargado de ilusión. Era su primera salida de casa (Laredo) tras pasar por el División de Honor del Racing de Santander y el Racing B (Tercera). Y el Avilés le sorprendió para bien. "Sobre todo el trato personal de los directivos y de la gente de Avilés; me llama la atención porque no estaba acostumbrado a gente tan cercana y sobre todo tan acogedora".

La primera vuelta de la Liga fue buena. Entró siempre en la lista, excepto ante el Astur y el Tuilla (ambos en el Suárez Puerta) y fue titular en nueve partidos.

La segunda vuelta fue más difícil. Entró en el once en el primer partido ante el Mosconia y frente al Covadonga, pero a partir de ahí fueron 14 jornadas sin jugar y 11 sin estar en la convocatoria, algunas por enfermedad. Contra el Tineo, Marino y Astur estuvo en la lista y no jugó, pero el domingo disfrutó de toda la segunda parte en la goleada (1-7) al Roces y fue protagonista del último gol al enviar el balón al poste y marcar Jorge Rodríguez en el rechace.

Las sensaciones, asegura, fueron muy buenas. "Después de tanto tiempo sin entrar y pasándolo un poco mal me sentí muy bien". Y añadió: "Es duro para todo jugador no salir de inicio o no jugar, pero ahí es cuando hay que tirar hacia adelante e ir a tope".

El joven central nunca bajó los brazos, aunque reconoce que algunas veces sintió "desilusión y un poco de desesperación", pero siguió trabajando y a pesar de todo hace un buen balance del año. "Estoy contento porque el equipo es muy bueno a todos los niveles y de todo se aprende. Lógicamente siempre es mejor jugando pero no me arrepiento para nada de haber fichado por el Avilés".

En enero decidió quedarse aunque sabía que tendría pocas oportunidades porque, señala, "no había una salida clara" y en el Avilés seguía aprendiendo. "Aquí hay mucha gente con experiencia, gente muy buena, y los jóvenes tenemos ocasión de aprender cada día en los entrenamientos a su lado", explicó.

El Avilés hizo un año muy bueno, "con una primera vuelta increíble", y el defensa cántabro, que el pasado año jugó el play off con el filial del Racing, ve al equipo preparado para acabar bien la Liga con un triunfo el domingo ante el Oviedo B y centrarse después en el play off. "Vamos a intentar hacer algo bonito y creo que se puede lograr porque el equipo es muy bueno y fuerte; pienso que no tenemos que temer a ningún rival, aunque todos son duros y pelean por lo mismo".

Asegura no tener preferencias sobre alguno de los otros 17 grupos de Tercera, pero reconoce que le gustaría coincidir con alguno cántabro. "Sería una eliminatoria muy bonita para mi en mi tierra, pero es una lotería y hay que enfrentare al que toque".

A la hora de elegir el momento especial de la Liga no lo duda. "Me quedo con el de este pasado fin de semana porque fue una motivación extra cuando me dijeron en el descanso que iba a salir. Sentí hasta nervios, como un niño pequeño". Y concluye con un deseo. "Ojalá estemos en el play off tan acertados como en Roces, aunque el objetivo está cumplido porque cuando se meten goles es un incentivo muy grande y se llega con moral alta".