En los días previos a las grandes finales del domingo (las del sábado son otra historia, que diría el barman de "Irma la dulce") quien más quien menos esconde la bola de la realidad que le va a tocar vivir. En lo que se refiere al Sporting, las cuentas son las que son y son bien sencillas: victoria ante el Villarreal del gran Marcelino y que el Getafe no gane en Sevilla a un Betis a salvo de la quema y con la única cuestión pendiente de que Rubén Castro gane el premio Zarra al mejor goleador español. Cuando en el ya lejano agosto se iba a iniciar la Liga y el Sporting no pudo hacer más incorporaciones de futbolistas jóvenes y cedidos por una normativa que nadie sabe quién la aprobó y dónde está escrita, se daban por buenas las esperanzas de llegar a la última jornada con posibilidades de salvación. Pues la última jornada ha llegado y las posibilidades son más que reales.

Unas cuentas sencillas, damas y caballeros, pero complicadas porque hay un rival, el Getafe, que puede dejar en nada la soñada victoria ante el Villarreal. Un rival de peso porque tiene un presidente, Ángel Torres, que sabe moverse en las procelosas aguas de los finales ligueros. Los partidos del domingo se juegan después de la resolución del título, que se producirá la víspera en los duelos de Granada y La Coruña. El domingo todos los ojos estarán puestos en el Anfield del Piles y en el Villamarín, donde, por cierto, habrá televisión en abierto sin que se esperen ventanas abiertas para otros acontecimientos, como sucedió en la jornada anterior cuando los responsables de continuidad de la cadena pública no sabían qué hacer con el partido de Getafe y el Giro, como antes no supieron elegir entre el Telediario 1 y el partido de Nadal en Madrid.

Al gran timonel se le plantean muchos problemas para el domingo. No será el menos importante la sustitución del expulsado Nacho Cases, objeto de duras críticas por la acción del minuto 55 del partido del Coliseum. No fue, sin duda, el mejor día del centrocampista, como no ha sido ésta su mejor temporada, pero no cabe acentuar los reproches a un futbolista que llevó al Sporting a una permanencia en su aparición en la primera plantilla. El fútbol no tiene memoria, pero algo habrá que hacer para compensar ese defecto. Nacho Cases llevó al equipo a la permanencia en la temporada previa al último descenso. Y que sea el último por muchos años.

El fútbol no tiene memoria, pero se descubren cosas con el paso de los años. La historia que ha contado Manolo Sanchís de la segunda Liga que el Real Madrid perdió en Santa Cruz de Tenerife merece atención: los sesenta grados que alcanzó la cabina del avión que llevaba media plantilla blanca dejaron a los jugadores sin fuerzas. El propio Sanchís perdió cinco kilos en la víspera, muchos kilos como para rendir en el campo.

El Sporting no corre peligro de sufrir un episodio como aquél. El viaje entre Mareo y El Molinón es corto. Hay otros viajes más largos ante los que las buenas costumbres han de ser mantenidas; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿es cierto que los ocupantes de un furgón amarillo fueron vistos en El Aharal, patria chica de Manolo Jiménez, en visita turística y muy turística?