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Al Palo

Modo "pringao" (y 2)

Queda la bala de oro, que es la Liga de Campeones, que es lo que se esperaba a estas alturas a pesar de los últimos vaivenes, que, a su vez, fueron un aviso para navegantes. Aviso para los que iban tan a gusto en su yate, ligeros, muy ligeros, hasta que se les gripó el motor y llegaron al final con la lengua fuera y el aire a favor.

Hasta que surjan acontecimientos habrá reposo futbolero, salvo un periodo de transición con los otros flecos que quedan por jugarse. Así pues, me dice el guionista número dos de "Al Palo" que vamos a vivir un tiempo de comentarios. Y en el Madrid apunta (el comentario) a James. Ya anda rodando por ahí la siguiente pregunta: ¿qué hacemos con James? Esperemos que se estanque ahí y que, antes de la final, no comiencen los culebrones y preguntas correspondientes, tales que si De Gea será el portero de la próxima temporada, si seguirá Zidane o si Chendo mantendrá el puesto de delegado. El Madrid da para mucho y es carne de desestabilización constante. Así que al loro y tranquilidad con el mercado de fichajes, las bajas y las altas. Hay que aprovechar que, tras cinco meses de vacaciones, se está donde se está y concluir la temporada con una de esas piruetas que sólo un club como el de Concha Espina es capaz de hacer: pegar un "pelotazo" que funda los plomos al mundo fútbol.

La sabiduría está en la calle, y en la calle se mascan cosas. Pero hay que insistir en que el Madrid se mantenga en el modo "pringao": nada de ir de grandes, de favoritos... Nada. Hay que dar a entender que el equipo, ante el pánico, se presenta a la final de milagro, por no quedar mal con la afición y la UEFA.

Ahora bien, la mejor guía para seguir instrucciones es escuchar atentamente las homilías tácticas que nos regalan algunos de los filósofos de la cosa fútbol. Según sus letanías los otros son mejores tácticamente por el entramado de "los pasillos de seguridad", por cómo "negocian los tempos", por su capacidad de funcionar como un ejército... Mientras que lo de la "merengada" es una cosa irregular, sin sentido táctico y, claro, "sin pasillo de seguridad" y sin saber manejar "los tempos" del partido.

Lo dicho, hasta el día clave lo que digan los filósofos y a mantener el modo "pringao".

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