"Cuando las cosas marchan bien todo son halagos y palmaditas en la espalda, pero cuando se tuercen todo se convierte en tratar de hacer sangre, poner zancadillas y verter críticas, la mayor parte de ellas infundadas". Así de molesto se mostraba ayer Juanjo González, presidente del Urraca, entidad deportiva de Posada (Llanes), cuyo primera plantilla está a expensas de lo que hagan los cuatro clubes que jugarán la liguilla de ascenso a Segunda B para saber si continuarán una temporada más en Tercera División o descenderá a Regional Preferente.

"Cierto es que no salieron como pensábamos cuando se planificó la temporada con el primer equipo del Urraca, quizás por causas ajenas -lesiones, etc?.-. El equipo no estuvo a la altura esperada. Ahora bien, lo más triste en estos momentos es que algunas personas, en Posada. no quieren ver el largo trecho que hemos recorrido en estos últimos años. Me dan ganas de dejarlo. Si no encontramos gente con nuevas ideas y aire fresco para sumarse a la directiva estoy barajando la posibilidad de tirar los bártulos y marcharme a casa", comentó enojado el máximo responsable de la entidad deportiva. Quien ya ha dejado el club es Curro Cabal, director deportivo. La decisión estaba tomada desde hacía semanas y así se lo había comunicado al presidente, pero ambos acordaron no hacerlo público hasta final de temporada.

Actualmente, el Urraca controla alrededor de 300 jugadores, sin lugar a dudas, el principal aval del club, repartidos en nada menos que catorce equipos de futbol-base, destacando sobremanera en la recién concluida campaña 2015/16 el ascenso por primera vez en su historia del conjunto juvenil a Primera, certificado el pasado domingo ante el Lealtad, en Villaviciosa. Además, el plantel de categoría cadete también está inmerso en la pelea, a falta de una jornada, por el ascenso a superior categoría. "Contamos con una de las canteras más potentes de la comarca del Oriente y, si nadie lo impide, para seguir creciendo a corto plazo", explica González.

Esta temporada el Urraca federó por primera vez un equipo femenino, integrado por una veintena larga de chicas, tanto de la propia Posada como de Llanes, Arenas de Cabrales, Colombres, Benia de Onís y Ribadesella, quienes se entrenaron a las órdenes de Manolo del Valle. La idea surgió con el objetivo de aglutinar al mayor número de chicas de la comarca del Oriente, para ofrecerles la posibilidad de jugar al balompié en un club de la zona y así evitar que algunas de ellas tuviesen que disfrutar de su deporte favorito lejos de sus respectivos lugares de residencia.