"No valoraste todo lo que hice por ti... Aunque me duela, me marcho, pero te aseguro que llorarás mi ausencia". Este mensaje forma parte de una imagen subida ayer por Cuéllar a su perfil personal de una conocida red social. Unas palabras que pronto inició, entre sus seguidores, un debate a cerca de los motivos del emeritense para enviar este aviso. Nadie mejor que el propio jugador para explicar las verdaderas razones, pero lo cierto es que coincide con cierto malestar que se respira entre los futbolistas rojiblancos por el gran número de bajas que se está registrando en la plantilla.
El hecho de que hasta nueve jugadores, entre los cedidos y los que terminan contrato, ya hayan anunciado que no seguirán en el Sporting, se ha convertido en la resaca más dura tras la euforia de lograr la permanencia. Los más veteranos de la plantilla lamentan que se rompa el grupo y también que algunos compañeros no encuentren la recompensa de seguir en Primera con el equipo por el que lucharon para devolverlo y dejarlo en la máxima categoría. Mucho más tras años en los que, juntos, afrontaron situaciones de impagos e incluso participaron decisivamente en que el club saliera airoso de una situación económica alarmante. Guerrero fue ayer el último en sumarse a una lista de despedidas que todavía puede aumentar.
