El lunes 23 se cumplieron diez años del inicio de la "Operación Puerto", una investigación policial y judicial que marcó un antes y un después en la lucha contra el dopaje. Hubo detenciones (Eufemiano Fuentes, Manolo Saiz) y ciclistas señalados, algunos de tanto renombre como Ivan Basso y Jan Ullrich, pero después de tanto tiempo se mantiene una decepcionante sensación de impunidad. Principalmente porque España no contaba entonces con una legislación adecuada, pero también porque el juez encargado del caso se ha negado sistemáticamente a practicar pruebas de ADN para identificar a quien está detrás de los centenares de bolsas de sangre congeladas para, en el momento de la competición, ser reinfundida a los deportistas. Aunque la posible falta ha prescrito, no estaría mal que los nombres de los tramposos salieran a la luz.
