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Con el zika no se juega

El epidemiólogo asturiano Arcos González cree que los datos sobre el virus aconsejan el aplazamiento o el cambio de sede

Pedro Ignacio Arcos González. LNE

Los deportistas asturianos que tienen la plaza asegurada en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro no temen al zika. Todos los consultados por LA NUEVA ESPAÑA admiten que tienen poca información, pero parecen dispuestos a asumir riesgos con tal de no perderse su gran fiesta cuatrienal. Una mala idea, según otro asturiano que va más allá del deporte y alerta sobre los riesgos para la salud pública global. El epidemiólogo Pedro Ignacio Arcos González puso su firma en la carta abierta que un grupo de 150 científicos de todo el mundo envió a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que reconsidere su postura favorable a la celebración de los Juegos el próximo mes de agosto.

Arcos González, director de la Unidad de Investigación en Emergencia y Desastre (UIED) del departamento de Medicina de la Universidad de Oviedo pone en entredicho el reciente comunicado de la OMS en el que señala que "cancelar o cambiar el lugar de los Juegos 2016 no alterará de forma significativa la expansión del virus del Zika". La carta abierta de 150 científicos y expertos en salud de universidades de todo el mundo va en sentido contrario. "La OMS debe revisar la cuestión del Zika y posponer y/o reubicar los Juegos", recalca.

Según Arcos González, "la OMS debería tomar partido porque es la tercera vez que se declara una emergencia internacional, después de la gripe A en 2009 y el ébola en 2014". Por los datos que maneja, el epidemiólogo asturiano señala que el Zika "es un virus potencialmente más peligroso que hace un año. La cepa afecta al sistema nervioso y provoca microcefalia y otros trastornos neurológicos graves".

"La situación en Río de Janeiro es preocupante", añade Arcos González. "Se han registrado más de 120.000 casos de Zika en Brasil y el de Río es el segundo estado más afectado, con 32.000. Se han documentado tres mil casos de microcefalia. Y en el barrio olímpico, donde se disputarán la mayoría de las pruebas, los afectados por Dengue, similar al Zika, se han multiplicado en 2016".

Pedro Ignacio Arcos González considera que las medidas de las autoridades, como fumigar la zona o editar folletos sobre la enfermedad, no son suficientes: "El control de un virus como éste no se resuelve en dos o tres meses, requiere una acción a más largo plazo. Las condiciones ambientales, económicas y sociales no son las mejores. Por ejemplo, parte de la financiación dedicada a la Sanidad se ha derivado hacia los Juegos Olímpicos. El estado de Río de Janeiro no tiene capacidad para afrontar este reto".

Más que los deportistas que compitan en Río, advierte Arcos González, el problema es la posible expansión del virus hacia otros continentes: "En este escenario se va a mover durante casi un mes medio millón de personas. Una parte van a volver infectadas a sus países, con lo que el virus va a introducirse en zonas donde ahora no está. Y eso ya es un tema muy serio de salud". Así que, como ocurrió con la Copa de África de fútbol con el ébola, Arcos González reclama el aplazamiento o el traslado de los Juegos.

Para explicar la postura de la Organización Mundial de la Salud, Arcos González recuerda que "la OMS es un organismo oficial, administrativo y político, sujeto a las presiones de los países que lo financian. Como los Juegos Olímpicos mueven mucho dinero y tienen un componente político importante, no nos cabe duda de que la OMS está recibiendo presiones para que se manifiese a favor de mantenerlo en Río".

Arcos González entiende la postura de la mayoría de los deportistas: "Sé que para ellos ir a unos Juegos representa un valor muy alto. Yo, en su lugar, también correría el riesgo de ser infectado porque sólo me supondría un cuadro de fiebre que dura unos días. Pero el problema no son los atletas, sino ese medio millón de personas que van a hacer turismo". Y expone la cadena que se podría crear: "El semen de una persona infectada pasaría a la sangre de otra, que al donar crearía una vía de transmisión hasta convertirla en endémica".

Considera muy positivo que deportistas como Pau Gasol hayan dado la voz de alarma: "Hace falta que alguien con visibilidad, en posición de notoriedad, lo ponga en la agenda porque en el otro lado de la balanza hay muchos intereses". Y, como advertían los firmantes de la carta abierta, pide a la OMS que, desde la perspectiva de la salud pública, "reconsidere" su posición y tome la postura ética de recomendar el retraso o reubicación de los Juegos.

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